El pasado 23 de mayo unos 400 inmigrantes sin papeles iniciaron una huelga de hambre en Bélgica y, cuarenta días más tarde, el estado de salud de algunos de ellos comienza a preocupar mientras un número creciente de políticos y activistas reclama una solución al secretario de Estado de Asilo, Sammy Mahdi.
“Los huelguistas de hambre no tienen derecho a quedarse. La mayoría de ellos recibió la orden de abandonar el territorio hace años. No lo hicieron, se quedaron aquí durante años trabajando en negro y ahora exigen papeles”, dijo Mahdi en su cuenta de Twitter.
El dirigente, miembro del partido político Cristiano Demócrata y Flamenco (CD&V) e hijo de un refugiado iraquí, inquirió que “la excepción no debe convertirse en la regla” y aseguró que “no habrá regularización colectiva”.
Cuatro de los huelguistas decidieron coserse los labios para protestar contra el silencio administrativo, informó la agencia Belga.
Los inmigrantes están confinados desde enero en la céntrica iglesia de Bruselas de San Juan Bautista, así como en los refectorios de la Universidad Libre de Bruselas (ULB) y la Universidad Libre de Bruselas (VUB) para exigir unos criterios básicos de regularización que tengan en cuenta el tiempo que llevan en el país y su arraigo.
Entre los ocupantes también se incluyen menores, que no están en huelga de hambre.
Los rectores de las universidades francófonas del país pidieron a las autoridades competentes encontrar una solución, “al menos transitoria”, a la situación de los inmigrantes sin papeles en huelga de hambre, en un comunicado emitido por el Consejo de Rectores el martes por la noche.
En la carta, los miembros del Consejo también solicitaron a los huelguistas “que pongan fin a su acción” y se mostraron “especialmente alarmados” por su estado de salud, en un momento en el que “podrían derivarse consecuencias irreversibles de su acción”, advirtieron.
De hecho, Michel Roland, de la organización Médicos del Mundo, denunció la crítica situación de huelguistas e indicó que, hasta ahora, ya han tratado una crisis abdominal, un episodio grave de hipoglucemia, problemas cardíacos, depresión, un episodio psicótico y dos intentos de suicidio.
Desde ayer, decenas de personas se han movilizado en solidaridad con los inmigrantes frente a la iglesia que ocupan y, entre otros, acudieron la Coordinación e Iniciativas para Refugiados y Extranjeros (CIRÉ), el Movimiento Obrero Cristiano (MOC) y los sindicatos CSC y FGTB.
Sus organizadores han hecho un llamamiento a los ciudadanos para que realicen visitas solidarias al centro para dar apoyo a la demanda de criterios claros para su regularización.
Entre 100.000 y 150.000 personas están actualmente indocumentadas en Bélgica, según datos manejados por los sindicatos.
EFE