Diamantes antiguos y los gases volátiles que encierran han revelado que la composición química de la atmósfera terrestre era la adecuada para la diversidad de la vida hace, al menos, 2.700 millones de años, según un estudio presentado en la Conferencia Internacional Goldschmidt de Geoquímica.
Un equipo de investigadores canadienses y franceses usaron diamantes antiguos -que se parecen poco a los actuales- como si fueran “una cápsula del tiempo” para conocer las condiciones del interior del manto terrestre y vieron que la proporción de gases volátiles que encerraban ha cambiado poco en los últimos 2.700 millones de años.
Esto demuestra que “una de las condiciones básicas necesarias para sustentar la vida, la presencia de elementos vitales en cantidad suficiente, apareció poco después de la formación de la Tierra y se ha mantenido bastante constante desde entonces”, indican los investigadores.
Los volátiles, como el hidrógeno, el nitrógeno, el neón y las especies portadoras de carbono, son elementos y compuestos químicos ligeros que pueden vaporizarse fácilmente debido al calor o a los cambios de presión, pero además son necesarios para la vida.
Estas sustancias brotan en su mayoría del interior del planeta y son llevadas a la superficie a través, por ejemplo, de las erupciones volcánicas; por eso saber cuándo llegaron a la atmósfera es clave para entender en qué momento se dieron las condiciones para el origen y el desarrollo de la vida.
El equipo usó los diamantes para conocer las condiciones del interior del manto terrestre -que comienza a unos 30 kilómetros por debajo de la superficie de la Tierra- en el pasado lejano.
Estudiar la composición actual del manto es “relativamente sencillo, explicó el investigador principal, Michael Broadley, de la Universidad de Lorraine (Francia), pero no es lo mismo en el pasado, pues el movimiento de las placas tectónicas ha causado la destrucción de la mayor parte de las muestras.
Los diamantes, sin embargo, “son comparativamente indestructibles, son cápsulas del tiempo ideales”, agregó.
El equipo estudió diamantes que estaban atrapados en rocas de 2.700 millones de años de antigüedad en el Lago Superior de Canadá. Así se sabe que son, al menos, tan antiguos como las rocas en las que se encuentran, pero probablemente pueden serlo más, pues es difícil datarlos.
Estos diamantes son “increíblemente raros y no son como las hermosas gemas en las que pensamos cuando pensamos en diamantes”, explicó el experto, quien agregó que los calentaron a más de 2.000 grados para transformarlos en grafito, lo que liberó pequeñas cantidades de gas para su medición”.
El equipo midió los isótopos de helio, neón y argón y descubrió que estaban presentes en proporciones similares a las que se encuentran en el manto superior en la actualidad.
Broadley destacó que era un resultado “sorprendente” y que significa que el entorno rico en volátiles que vemos hoy en día no es un desarrollo reciente.
“Nuestro trabajo demuestra que estas condiciones estaban presentes hace al menos 2.700 millones de años, pero los diamantes que utilizamos pueden ser mucho más antiguos, por lo que es probable que se dieran antes”.
EFE