Las vueltas que da la vida. Ahora resulta que la megabanda del Koki era un brazo armado controlado por paramilitares colombianos con el cual el presidente Iván Duque, Estados Unidos, Leopoldo López, Juan Guaidó y todo eso que el régimen llama «la derecha» avanzaban en un plan contra Nicolás Maduro. Y pensar que de Carlos Ruíz Revete había noticias más o menos desde el año 2013, cuando fue acusado de asesinato en aquellos tiempos en los que su alias se escribía «Coqui».
Óscar Medina // El Estímulo
Greiber Danilo Alonso Lucas es el nombre de la víctima que le adjudican. De acuerdo a Insight Crime lo mató en el sector «Los Alpes» de la Cota 905 debido a una rencilla de bandas.
La historia, contada en la web La Tabla y basada en citas de las actas de investigación, es bastante más sangrienta: el 26 de septiembre de 2013, Greiber Danilo -21 años- fue forzado a salir de una casa en la que se encontraba en el sector Los Alpes, de El Cementerio. Testigos citados en las actas, contaron que lo golpearon entre 20 «malandros» y una vez afuera «comenzaron a disparar entre varios, le dieron muchos tiros entre varios de ellos con distintas armas de fuego».
45 balazos, dice el documento citado. ¿Y por qué tanta saña? Una testigo contó que Greiber Danilo «se tomo una foto con un malandro que se llama YAIR, que es del sector Las Chiveras de la Cota 905, entonces la publicó en el Facebook, y los malandros que lo mataron pensaron que él también era de la culebra de ellos».
Para ese entonces, «El Coqui» formaba parte de una pequeña banda a la que apodaban «Los Chiches». De acuerdo a Insight Crime, Revete ganó fama -digamos «cartel», en el argot- y se convirtió en el hombre de confianza del jefe, Jesús Alberto Ramos Caldero, alias «El Chavo». Fue a este «Chavo» al que se le ocurrió en 2014 establecer una unión entre las bandas de la zona para enfrentar a la policía. Y banda más banda, más banda, da igual a una megabanda.
«El Chavo» cayó en enero de 2015: el Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas, CICPC, lo sacó de circulación. Y en ese momento «El Coqui» heredó el control de la megabanda de la Cota 905 y fortaleció la unión con los grupos de delincuencia organizada de las zonas vecinas.
Carlos Ruíz Revete no cruzó la frontera, no llegó en autobús de ninguna parte. Nació en Caracas en 1978 -dicen los datos- y aquí se crió en los sectores populares de la ciudad. Y en plena Caracas estableció ese feudo de terror que hoy parece haber llegado a su fin.
«El Coqui» no era ningún desconocido para el régimen de Maduro.
En 2015 la Cota 905 entró en el programa «Zonas de Paz», ese curioso proyecto en el que las autoridades acordaron ceder espacios de la ciudad a la delincuencia organizada a cambio de un poco de paz y tranquilidad. Es decir, de un poco más de discreción.
«Esta tregua se rompió en julio del mismo año con el inicio de la Operación Liberación del Pueblo (OLP), propuesta por Maduro, la cual consistió en una fuerte represión que marcó el regreso de la violencia policial y de las violaciones a los derechos humanos que se habían dado en el pasado», se lee en Insight Crime: «La primera incursión de la OLP en Cota 905 dejó como resultado 15 muertos, solo seis de las cuales tenían antecedentes criminales. Revete no se contaba entre ellos, pues se había refugiado en una prisión pocas horas antes de la redada. Continuó evadiendo su captura durante toda la operación, lo que alimentó la sospecha de que el verdadero objetivo de esta eran los rivales de Revete».
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