Miles de vecinos de la provincia de Limburgo, en el sureste de Países Bajos, han sido evacuados como medida de precaución por la subida del nivel de agua en los ríos tras las fuertes lluvias de los últimos días, que han dejado importantes daños materiales, aunque hasta este viernes no se han declarado víctimas mortales.
Los residentes de varios vecindarios por los que pasa el río Geul deben abandonar sus hogares en las próximas horas debido a los altos niveles de agua alcanzados por el afluente en las últimas horas, según la televisión neerlandesa NOS.
Además, miles de residentes de unas 550 casas en poblaciones como Roermond y Roerdalen han sido trasladados esta madrugada a otros puntos del país por temores al desbordamiento del río Mosa la próxima noche, según confirmó el comité regional de seguridad.
Los agentes despertaron a los vecinos con megáfonos para pedirles que abandonen sus casas, y pidieron a los residentes de otros pueblos que estén alerta por posibles evacuaciones a lo largo de la jornada. Se espera que mañana por la noche, el río Mosa alcance su nivel más alto en la zona de la ciudad de Venlo.
Todos los vecinos de la zona sur de la provincia, que ya fueron evacuados ayer por precaución, pueden regresar a sus hogares, excepto los residentes en la zona centro del municipio de Valkenburg, que se llevó una de las peores partes de las inundaciones provocadas por las lluvias torrenciales.
El nivel de agua en el río Mosa, a su paso por Maastricht, ha sido ligeramente más bajo de lo esperado, “por debajo del escenario catastrófico”, según el comité de seguridad.
Sin embargo, los problemas en esta ciudad universitaria aún no han terminado y algunas carreteras todavía están cerradas, con daños materiales en muchos puntos, aunque su alcance solo se aclarará más tarde, cuando el nivel de agua continúe bajando.
El rey Guillermo Alejandro de Países Bajos y la reina Máxima, que visitaron ayer la zona de las inundaciones, calificaron hoy de “situación desgarradora” lo que ocurre en Limburgo y desearon “mucha fuerza a todas las personas que están lidiando con el aumento del nivel de agua” en la zona.
El Gobierno neerlandés declaró anoche las inundaciones regionales oficialmente como un “desastre natural”, lo que supondrá que el Estado se hará cargo de cubrir parte de los daños materiales provocados por la situación. “Está claro que la situación es desastrosa”, dijo el primer ministro neerlandés, Mark Rutte.
EFE