En medio de las crecientes protestas en Cuba, el gobierno de Estados Unidos evalúa aumentar el personal de su embajada en la isla y revisar la política de remesas como forma de apoyar al pueblo cubano en sus “legítimas aspiraciones” democráticas, anunció este martes Ned Price, portavoz del Departamento de Estado.
“Estamos revisando nuestros planes para aumentar la dotación de personal en nuestra embajada en La Habana para facilitar las actividades consulares”, señaló en rueda de prensa. Y agregó: “Formaremos un grupo de trabajo de remesas para identificar las formas más efectivas de hacer llegar las remesas directamente a manos del pueblo cubano”.
“Si vamos a hacer todo lo posible para apoyar las aspiraciones del pueblo cubano, necesitamos tener una presencia en el terreno”, agregó, señalando que el objetivo es facilitar los trámites consulares pero también mejorar la actividad diplomática y el compromiso con la sociedad civil.
El ex presidente Donald Trump prohibió en noviembre del año pasado el envío de remesas a Cuba, una medida con la que Estados Unidos aumentó rápidamente el ahogo económico a la isla y que Biden ha mantenido durante sus primeros seis meses en el poder.
Asimismo, Price comentó que Estados Unidos está trabajando con el sector privado y el Congreso para buscar formas de hacer que Internet sea más asequible para el pueblo cubano. En ese sentido, pidió al régimen castrista que restablezca el acceso pleno a Internet y a las telecomunicaciones, que han sido bloqueadas durante las manifestaciones.
El pueblo de Cuba “está harto” y las recientes protestas en ese país señalan el “comienzo” de un cambio que puede llevar al fin de la dictadura, afirmaron este martes legisladores estadounidenses en una audiencia del Congreso.
En la audiencia del subcomité de Hemisferio Occidental, Seguridad Civil, Migración y Política Económica Internacional de la Cámara Baja, dos activistas discreparon sobre si debe levantarse el embargo estadounidense y las sanciones contra funcionarios cubanos.
Mientras, el presidente del comité, el legislador Albio Sires, destacó el hecho de que “miles de cubanos” hayan “salido a la calle exigiendo libertad y democracia” en las protestas que comenzaron el pasado 11 de julio. “Lo que hemos visto es nada menos que un comienzo”, opinó Sires, demócrata de Nueva Jersey.
“Las personas que se han sumado a las protestas han puesto sus vidas en juego y no debemos olvidar cuán poderoso es esto”, añadió Sires, quien, a los 11 años de edad, emigró de Cuba con su familia.
Por su parte el representante Mark Green, republicano de Tennessee, afirmó que “los cubanos están asqueados y cansados de la opresión, y han salido a las calles demandando el fin del comunismo”.
“El sentimiento contra el régimen ha crecido en el país y las protestas muestran un despertar de la sociedad civil”, añadió. “Está surgiendo una nueva generación que quiere vivir en libertad. Se ve la luz al final del túnel y el pueblo cubano jamás ha estado tan cerca de ella”.
Sires y Green afirmaron que la dictadura cubana emplea tecnología proporcionada por el régimen chino para interferir o impedir las comunicaciones y el acceso de los ciudadanos a internet y las redes sociales.
José Miguel Vivanco, director para las Américas en la organización Human Rights Watch, dijo en la audiencia que desde el 11 de julio “miles de cubanos han salido a las calles en todo el país y el gobierno reaccionó con una represión brutal”.
“Los grupos de derechos humanos dan cuenta de que unas 500 personas han sido detenidas”, agregó. “Los informes mencionan golpizas policiales, múltiples detenciones de activistas, muchas personas incomunicadas y otras cuyo paradero se desconoce”.
“Cuba está cambiando (…) El Gobierno de (el presidente Joe) Biden debería dar pasos para abandonar el embargo y la política de aislamiento que no ha producido mejorías en la situación cubana”, indicó Vivanco.
El embargo unilateral que Estados Unidos ha mantenido contra Cuba desde 1960 “ha dado al régimen cubano una excusa para sus errores y sus abusos, y le ha ganado simpatía internacional”.
En desacuerdo se mostró la directora de Cuba Decide, Rosa María Payá, quien pidió que el Gobierno estadounidense no dé marcha atrás a la política de mano dura contra la isla. “El levantamiento de las sanciones (estadounidenses) sería un error (…) Estados Unidos debería emprender acciones para quebrar el control que el régimen tiene sobre las comunicaciones”.
“Estados Unidos debería invitar a la Unión Europea y a la Organización de Estados Americanos a que tomen medidas similares, y debería usar todas las herramientas para enfrentar la amenaza que presenta el régimen”, apuntó la activista.
El régimen cubano, añadió, “debería ser excluido de la Cumbre de las Américas” prevista para este año “y deberían considerarse todas las opciones dentro de la ley internacional”.
Infobae con información de Reuters y AFP