Leopoldo López ha estado en los estudios de esRadio en una entrevista en la que ha analizado la situación tanto en su país como en Cuba. El político exiliado ha recordado el caso de su compañero Freddy Guevara, detenido desde hace semanas y al que “su familia no ha visto” desde entonces, así lo reseñó Libertad Digital.
López ha explicado con rotundidad en Es la Mañana de Federico que “en Venezuela hay torturas, desapariciones forzosas y asesinatos de presos políticos” y ha comentado cómo en la cárcel del Helicoide de Caracas es “una mazmorra de las dictaduras, un centro de tortura” y que el régimen tiene por costumbre que a “los presos políticos los dejan 45-60 días aislados” cuando son detenidos para minarles moral y físicamente.
El político venezolano ha dicho con toda claridad que “si Venezuela y Cuba no son una dictadura, ¿qué son? Una democracia no puede tener apellidos”. Y ha explicado que ninguno de los dos países cumple los requisitos mínimos para ser considerados democracia: “No hay libre elección de los representantes políticos, no hay estado de derecho, ni autonomía de los poderes públicos ni respecto a los DDHH”.
La persecución como elemento represivo
Tras ser condenado a 14 años de prisión y pasar 7 años privado de libertad, Maduro sigue insistiendo en su persecución y “esta es la segunda vez que pide mi extradición”, destaca López. Además, aclara que desde la dictadura de Nicolás Maduro se les está vinculando con grupos terroristas “que nada tienen que ver con ellos” y a los que “la dictadura les ha entregado territorios en Caracas”. Una represión que sustenta algo que “también dice la Corte Penal Internacional: Nicolás Maduro es un criminal”.
Sin embargo, Leopoldo no tira la toalla y mantiene la esperanza de que las cosas puedan cambiar. La dictadura de Nicolás Maduro continúa intentando dividir con elementos represores al sector democrático, pero López ha asegurado que “siguen unidos” y que “el peor error que podemos cometer es claudicar”. Ha animado a los más de seis millones de venezolanos exiliados del país a organizarse y seguir luchando con “optimismo irracional”.
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