La primera dama Jill Biden apareció en la ceremonia de apertura de los Juegos Olímpicos de Tokio el viernes, con una máscara mientras se unía a un puñado de líderes mundiales en el estadio cerrado al público por la pandemia de COVID-19.
Por New York Post
Biden, de 70 años, usó una máscara azul para acompañar su vestido de lunares en blanco y negro y su collar largo de perlas mientras representaba a los Estados Unidos en su primer viaje internacional en solitario como primera dama.
A la esposa del presidente Biden se unieron los pocos líderes mundiales que viajaron a Japón para la ceremonia de apertura en un Estadio Nacional casi vacío.
Otros allí incluyeron al presidente francés Emmanuel Macron, cuyo país albergará los Juegos Olímpicos de París 2024, así como al emperador Naruhito de Japón.
A pesar de contar con los habituales fuegos artificiales y deslumbrantes demostraciones de coreografía, el estadio casi vacío hizo que la ceremonia fuera un asunto silencioso: uno se reunió con manifestantes que se quejaban de que podría resultar ser un evento de gran difusión con tantos atletas viajando de todo el mundo.
Los organizadores guardaron un momento de silencio por aquellos que habían muerto de COVID, con los gritos de los manifestantes afuera claramente audibles cuando la música se detuvo, señaló The Associated Press.
Biden había llegado a Tokio el jueves, con una apretada agenda fijada para las aproximadamente 48 horas que planeaba pasar en la capital de Japón.
Comenzó con una cena el jueves por la noche con el primer ministro japonés Yoshihide Suga y su esposa, Mariko Suga, con quienes asistió a un taller de incienso el viernes antes de la ceremonia de apertura, dijo la revista People.
“Para Japón, nuestro único verdadero aliado es Estados Unidos”, dijo Suga antes de la reunión. “Estoy increíblemente complacido de que la primera dama haya venido a Japón y quiero darle una cálida bienvenida”.
A las 11:30 am, hora de Tokio, luego celebró una reunión virtual con los miembros del equipo de EE. UU., Elogiando sus “años de trabajo, el impulso y la fe que los han mantenido” para llevarlos a los juegos.
“Convertirse en un atleta olímpico es un logro poco común en un tiempo normal. Pero lo hiciste durante una pandemia mundial”, les dijo en la llamada de Zoom, según The Independent .
Unas horas más tarde, se reunió con el emperador Naruhito en el Palacio Imperial, saludando a los fotógrafos de prensa que esperaban cuando llegó con el mismo atuendo que usaría más tarde para la ceremonia de apertura.
Ella fue una de los 11 invitados, con otros como los presidentes de Armenia, Francia, Kosovo y Polonia y también el Príncipe Alberto de Mónaco, señaló People .
El sábado, la primera dama será la anfitriona de una fiesta de observación de softbol entre Estados Unidos y México en la Embajada de los Estados Unidos para el personal y sus familias, animando a otros atletas en varios otros eventos antes de salir de Tokio.
La secretaria de prensa de la Casa Blanca, Jen Psaki, dijo que los Biden sentían que era importante que la delegación a los Juegos Olímpicos fuera dirigida “al más alto nivel”.