La Organización Mundial de la Salud nunca estuvo tan en boca de todos. Tras el inicio de la pandemia en el mundo, la (OMS) pasó a ocupar un lugar de enorme peso en la agenda pública del planeta. Sus alertas del riesgo que implicaba la nueva enfermedad y sus cambios en cuanto a las medidas de prevención en base a la evidencia científica generaron tanto adhesiones como críticas.
Por: Infobae
Esa agencia sanitaria de Naciones Unidas declaró la emergencia de salud pública el 30 de enero del año pasado y emprendió un ensayo clínico en diferentes países en marzo para estudiar qué tratamientos podían ser seguros y eficaces para los enfermos, entre otras acciones. Algunos científicos le han señalado retraso en recomendar los barbijos o mascarillas para prevenir el contagio o en reconocer que el coronavirus también puede estar suspendido en el aire a partir de la exhalación o el hablar de una persona que ya estaba contagiada (incluso sin síntomas).
A fines de julio de 2021, la pandemia aún continúa. Ya se han notificado casi 194 millones de casos confirmados de COVID-19 en el mundo. Murieron 4.158.041 personas, y el impacto social, mental y económico de la pandemia podría seguir por años. Un niño se ocupó de poner en foco la gran pregunta del momento: “¿Cuándo piensa que el COVID-19 se terminará?”, le preguntó en una reunión en vivo en Facebook a la líder técnica de la respuesta a la pandemia de la OMS, la epidemióloga María Van Kerkhove. La experta lloró.
El encuentro formó parte de las reuniones presenciales y virtuales que la agencia sanitaria tiene con el público de todo el mundo para aclarar dudas sobre el virus. “Voy a tratar de no llorar. Me gustaría saberlo”, le contestó Van Kerkhove al niño, pero su emoción pudo más y no pudo seguir. Le cedió el turno al director ejecutivo del Programa de Emergencias Sanitarias de la OMS, Mike Ryan, que intentó dar una respuesta rápida.
“Sé que terminará más rápido si hacemos las cosas correctas”, sostuvo el doctor Ryan. “Sé que terminará más pronto si le damos las vacunas una mejor chance de que lleguen a todo el mundo (…). Si nos protegemos a nosotros mismos y protegemos a los otros. Sé que terminará más rápido cuando los hospitales sean más robustos y capaces de dar atención. Si se da todo junto, quizá más pronto que tarde”, afirmó el director. “Nuestro problema es compartir equitativamente”, agregó.
Cuando se recuperó del llanto, la epidemióloga le dio al niño su punto de vista: “No tenemos aún una respuesta sobre cuán rápidamente esta pandemia va a terminar. Pero con tu ayuda, con la ayuda de tu hermano, con la ayuda de tus papás, y de otros niños alrededor del mundo, vamos a poder estar más cerca del final”, dijo la doctora Van Kerkhove, quien nació en los Estados Unidos y tiene máster en epidemiología de la Escuela de Medicina de la Universidad Stanford y un doctorado en epidemiología de enfermedades infecciosas de la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres.
Además del barbijo, el distanciamiento, el lavado de manos, la ventilación, el acceso a las vacunas contra el COVID-19 es la herramienta clave para reducir complicaciones, muertes y frenar la circulación del virus. Sin embargo, la desigualdad en el acceso aún sigue en pie. Hasta el 26 de julio de 2021, se han administrado un total de 3.694.984.437 dosis de vacuna.
Solo el 27,2% de la población mundial ha recibido al menos una dosis de la vacuna COVID-19, y el 13,8% está totalmente vacunado. En los países con menos ingresos, solo el 1,1% de la población recibió una dosis, según OurWorldinData. En la Argentina, el 53% de la población recibió al menos una dosis de vacunas. El 13,4% accedió al esquema completo, de acuerdo con el Ministerio de Salud de la Nación.
La pregunta del niño -que no fue identificado por su nombre en el video que difundió la OMS- está pendiente. “¿Cuándo terminará la pandemia?” es hoy la pregunta del millón. En diálogo con Infobae, una de la seis embajadoras globales de la OMS contra el COVID-19, la médica argentina Mirta Roses, respondió: “No hay bola de cristal ni una lámpara de Aladino. El final de la pandemia dependerá principalmente de la cobertura con vacunas para toda la humanidad, y de la aparición de variantes de preocupación del coronavirus que escapen a las vacunas. También el fin dependerá de la interacción entre esas dos situaciones”.
Días atrás, la doctora Roses junto con otros embajadores globales firmaron y difundieron un llamado de advertencia a los líderes del mundo y a la población en general. “El mundo se encuentra en una encrucijada peligrosa y nosotros, los Enviados Especiales del Director General de la OMS, pedimos un compromiso renovado para un planteamiento integral que nos permita derrotar la pandemia. Tenemos que acelerar en dos vías: la vía del apoyo de los gobiernos y los fabricantes de vacunas a todos los Estados Miembros de la OMS en sus esfuerzos acelerados por generar capacidad de fabricación de vacunas y vacunar a las poblaciones más vulnerables, y la vía de la perseverancia férrea de las personas y las comunidades en el mantenimiento de las medidas esenciales de salud pública para romper las cadenas de transmisión”.
Para acelerar la vacunación, los embajadores pidieron apoyo al mecanismo COVAX que se creó para comprar más dosis y facilitar el acceso en los países con menos ingresos. Remarcaron que hay que “apoyar el llamamiento de la OMS para vacunar al menos al 10% de la población de cada país antes de septiembre, y la campaña hasta diciembre para vacunar al 40% para finales de 2021. Lograr el objetivo de septiembre implica vacunar a 250 millones de personas adicionales en los países de ingresos bajos y medianos en tan solo cuatro meses, dando prioridad a todos los trabajadores de la salud y los grupos de mayor riesgo con el fin de salvar vidas”.
Todavía está pendiente una propuesta de la OMS, el Fondo Monetario Internacional, la Organización Mundial del Comercio y el Banco Mundial de aumentar la financiación en 50 mil millones de dólares para vacunar al 40% de la población mundial antes de finales de año y al 60% para mediados de 2022. “Tal inversión palidece en comparación con los miles de millones de dólares en pérdidas y costos económicos provocados por la pandemia”, expresaron los embajadores.
Además del problema del acceso a la vacunación, ya hay países que tuvieron repuntes de casos por la renuencia a inmunizarse por parte de la población y por la aparición de las variantes, como los Estados Unidos, que también son obstáculos para que se alcance la inmunidad de rebaño y se reduzca significativamente la circulación del virus en el mundo.
“En cualquier lugar, tal como lo planteó Anthony Fauci, la inmunidad de rebaño se conseguiría con el 80-85% de la población completamente vacunada. Con esa inmunidad de rebaño, se logrará primero el control de la fase aguda de la pandemia. Es decir, con la inmunidad de rebaño por vacunación, se conseguirá disminuir la circulación viral, reducir el número de casos y evitar la emergencia de variantes. Hoy no se puede saber si la pandemia terminará en 2022 porque depende del ritmo de la vacunación global”, dijo a Infobae la profesora en enfermedades infecciosas de la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad de La Plata, en Argentina, Silvia González Ayala.
En tanto, Víctor Romanowski, vicepresidente de la Sociedad Argentina de Virología, afirmó: “El niño hizo la pregunta del millón. El final de la pandemia dependerá de la decisión de los que no se quieren vacunar y me parece que el Presidente de Francia, Emmanuel Macron, encontró una manera de “convencerlos”. “La vacunación será obligatoria para el personal de enfermería y no enfermería de hospitales, clínicas, residencias de ancianos, establecimientos para personas con discapacidad, para todos los profesionales o voluntarios que trabajen en contacto con personas mayores o frágiles, incluso a domicilio”, anunció Macron recientemente.
El doctor Romanowski también aclaró en el diálogo con Infobae: “Los vaticinios sobre el escape de las variantes de preocupación a las vacunas ya existentes no son reales. Depende más del comportamiento de las personas (como parte de una sociedad responsable, apoyada por medidas económicas adecuadas de los Estados) que de las variantes virales. Y aún si hubiera que hacer modificaciones en las vacunas actuales, no sería un problema de difícil solución”.
Según el doctor Romawoski, quien es investigador del Conicet, “es el comportamiento de los humanos y no el de las variantes lo que definirá el final de la pandemia. Concretamente, estoy convencido que en 2022 recuperaremos una normalidad aceptable con 90% de vacunados, con ayuda de medidas para convencer a los reacios”.