En la India existe una tribu que rompe con la mayoría de los conceptos conocidos por el hombre occidental. Pretenden elevarse espiritualmente, y para eso los Aghoris comen carne humana, beben desde los cráneos -que son utilizados como cuencos-, fuman marihuana y hasta comen sus propias heces. En algunos causan asombro, y en otros generan terror.
Por: Clarín
Viven en las afueras de la ciudad de Benarés y es muy difícil entablar relación con ellos. A los extranjeros que llegan a esta intensa y populosa urbe los desaniman en su búsqueda. Les dicen que esta secta no existe, que están locos o que los van a matar en el intento.
Les tienen miedo. O quizás sea solo el hecho de que están muy mal vistos por el resto del hinduismo, al que por supuesto pertenecen, aunque sus prácticas estén prohibidas por las leyes de la pureza.
Nudismo y canibalismo
Aghoris viene del sánscrito y podría traducirse como “no aterrador”. Buscan la liberación espiritual para superar el ciclo de reencarnaciones. No creen en los opuestos y rechazan las nociones convencionales de lo “bueno y lo “malo”, buscando así superar los tabúes sociales. De esta manera, creen que haciendo todo aquello que los demás rechazan alcanzarán un mayor estado de conciencia.
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