La atleta bielorrusa Krystsina Tsimanouskaya pidió asilo y se refugió en la embajada de Polonia en Tokio

La atleta bielorrusa Krystsina Tsimanouskaya pidió asilo y se refugió en la embajada de Polonia en Tokio

Krystsina Tsimanouskaya entra a la embajada de Polonia en Tokio este lunes por la mañana en Japón (REUTERS/Kim Kyung-Hoon)

 

La atleta olímpica Krystsina Tsimanouskaya ingresó este lunes a la sede diplomática de Polonia en Tokio, custodiada por policías tras denunciar que las autoridades de su país intentaron sacarla de Japón sin su consentimiento por haber criticado al comité olímpico de Bielorrusia, actualmente dirigido por Viktor Lukashenko, hijo del dictador dictador Alexandr Lukashenko.

El Comité Olímpico Internacional (COI) había asegurado que Tsimanouskaya se encontraba “segura y a salvo” y que había pasado la noche en un hotel del aeropuerto de Haneda, en Tokio.





El portavoz del COI, Mark Adams, ha informado de que el comité ha podido hablar con la atleta, quien este domingo denunció que las autoridades de su país la estaban obligando a abandonar Japón contra su voluntad y manifestó su miedo de acabar en la cárcel tras criticar a propio comité olímpico, que dirige el hijo del presidente del país.

Adams ha dicho que Tsimanouskaya, de 24 años, está en un “entorno seguro” y siendo atendida por autoridades japonesas, así como por personal de la ONU, según informa BBC.

Asimismo, el portavoz ha indicado que el COI ha pedido al Comité Olímpico de Bielorrusia un informe sobre el asunto y ha avanzado que parecía que la atleta formaba parte de un grupo de bielorrusos que partía como de costumbre de Tokio, pero ha aseverado que la situación no estaba clara.

Denuncia de la atleta

“Pido ayuda al Comité Olímpico Internacional. Están tratando de sacarme del país sin mi permiso y le estoy pidiendo al COI que se involucre”, denunció Tsimanouskaya de acuerdo con un vídeo grabado en Telegram y verificado por la cadena BBC.

Además, en una entrevista previa con la cadena de radio bielorrusa ERB, la atleta confirmó con un rotundo “sí” que tenía miedo a regresar a Bielorrusia, donde denunció que había sido objeto de numerosas amenazas tras sus críticas a al comité olímpico nacional.

La corredora de 200 metros había expresado previamente sus críticas contra el comité bielorruso por obligarla a correr en un evento de relevos con poca anticipación. El equipo olímpico de Bielorrusia anunció más tarde que la habían retirado de la competición debido a su “estado emocional y psicológico”.

La atleta, según el periodista bielorruso Tadeusz Giczan, habría comenzado los trámites para pedir asilo en Europa, pero esta información no ha podido ser confirmada de manera independiente.

Hay que recordar que el presidente del comité bielorruso es Viktor Lukashenko, hijo del presidente del pais, Aleksandr Lukashenko, y que ambos fueron sancionados en diciembre por el COI y se les ha prohibido asistir a Tokio 2020 durante una investigación sobre las denuncias de discriminación política contra los atletas.

El mandatario bielorruso está acusado de manipular las últimas elecciones presidenciales y de emplear tácticas autoritarias para silenciar a sus disidentes. Meses después de las elecciones, más de 1.500 atletas bielorrusos publicaron una carta abierta en la que exigían la convocatoria de nuevas elecciones y el final inmediato de la represión policial contra la oposición, que por aquél entonces ya llevaba semanas organizando protestas callejeras contra la victoria de Lukashenko, que la Unión Europea se ha negado a reconocer.

De hecho, el COI anunció en marzo de este año la decisión de no reconocer la elección de Viktor Lukashenko al frente del comité bielorruso y de mantener la exclusión de diciembre a todos los eventos relacionados con la organización.

con información de EP