A partir del próximo lunes los ciudadanos galos tendrán la obligación de presentar un certificado sanitario para poder ingresar a bares y restaurantes, y de que el personal se vacune contra la covid. El Gobierno francés recibió este jueves el visto bueno a dos de las medidas más polémicas previstas en el país contra la pandemia.
El Consejo Constitucional, encargado de velar por el respeto de la Carta Magna dio el aval para la entrada en vigor de la nueva ley en la que se enmarcan ambas exigencias estaba pendientes.
El llamado “pase sanitario” consiste en un test negativo de coronavirus de menos de 48 horas para los lugares culturales y de menos de 72 horas para los viajes; una pauta de vacunación completa o una prueba de haber pasado el virus en los seis meses previos.
Se exigía ya desde el 21 de julio en lugares culturales como museos o cines, y desde este próximo lunes también en bares, restaurantes o centros comerciales.
Su presentación pasa a ser también obligatoria en centros médicos u hospitalarios para quienes acompañen a los pacientes o los visiten, pero en ningún caso, según se precisó este jueves, puede limitar el acceso de los enfermos a los cuidados.
“No dejaremos de atender a nadie”, destacó este jueves el ministro de Sanidad, Olivier Véran.
El presidente francés, Emmanuel Macron, consideró el pasado 12 de julio que el pase sanitario es “una pequeña herramienta que puede salvar vidas”, pero el anuncio de su generalización y de la ley que lo valida, a mediados de julio, ha provocado una nueva oleada de manifestaciones masivas en el país.
El Ministerio del Interior francés calcula que más de 204.000 personas protestaron el pasado sábado, 31 de julio, frente a las 161.000 de la semana anterior o las 110.000 del 17 de julio. Y este fin de semana se prevén nuevas protestas.
Con información de EFE