El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, ha sido el gran ausente en cuatro actos militares de las Fuerzas Armadas que se celebraron en los últimos dos meses y que, a juicio de expertos, responde a la crisis del país -extendida al sector militar- y a la sensación de amenaza constante que siente el mandatario.
Para el historiador y experto en temas militares Hernán Castillo, la inasistencia a estos eventos es el resultado del desarrollo de una problemática en la institución castrense y una expresión del “descontento” que se vive allí.
“Es grave el solo hecho de no asistir, es una expresión importante de lo que se mueve allí, del malestar, el descontento que hay en la institución”, explicó Castillo a Efe.
Además, dijo que son actos donde la presencia del presidente es fundamental “y el hecho de que no vaya a los eventos tradicionales de las distintas fuerzas ya es un indicador de la crisis que hay allí”.
Sin embargo, para la directora de la ONG Control Ciudadano, Rocío San Miguel, el motivo de las ausencias puede sustentarse en la sensación de amenaza constante con la que vive Maduro, que lo lleva a expresar públicamente que quieren matarlo, aunque él acusa de estas intenciones a agentes externos, como EE.UU. y Colombia.
No obstante, San Miguel aseguró a Efe que el mandatario “cuenta con una guardia de honor que dispone de todo tipo de medios sofisticados como para brindarle seguridad”.
“Maduro ha construido un discurso de enemigo interno y externo que lo persigue. Este discurso comenzó a construirse en 2014 con un contenido que lo ha sugestionado a tal punto que lo mantiene aislado del contacto con la gente”, explicó.
No estuvo presente en el desfile militar por la Batalla de Carabobo y se quedó en Caracas para asistir a la cumbre de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de América (ALBA). El 5 de julio, día de la firma del acta de independencia, sí estuvo, pero posteriormente se retiró del desfile.
Tampoco asistió a los actos conmemorativos del nacimiento de Simón Bolívar y al evento militar por la celebración de la Batalla Naval del Lago -ambos el 24 de julio-, y el 4 de agosto, día de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB), envió un mensaje en la distancia.
Hace tres años, cuando Maduro se encontraba en el acto de celebración del 81 aniversario de la GNB, tuvo que ser evacuado debido a una explosión que se produjo en el lugar y que procedía, según aseguró poco después el Ejecutivo, de “artefactos voladores de tipo dron que contenían una carga explosiva” lanzados contra él.
Posteriormente, en varias ocasiones, el mandatario aseguró que EE.UU o Colombia pretendían matarlo mediante diversas fórmulas, pero nunca se brindaron pruebas que mostraran la veracidad de estas afirmaciones.
Poca confianza
San Miguel señaló que el presidente tiene confianza en los mandos militares que designó pero “eso es muy distinto a tener confianza en las Fuerzas Armadas”.
“(Hugo) Chávez tampoco la tenía después de 2002, no permitía que ningún oficial militar ‘no autorizado’ se le acercara a menos de 30 metros”, añadió.
Indicó que la cúpula militar acepta sin reparos estas ausencias, “pero a lo interno de la FANB se murmura. Los mandos medios y subalternos lo aprecian como un signo de temor”.
Pero Castillo expresó que la institución militar está “tan destruida” que no cree que haya algún pronunciamiento al respecto.
Añadió que la crisis económica también afecta al sector. “Los servicios sociales de las Fuerzas Armadas, como el resto del país están destruidos (…) los propios salarios, están afectados igualmente por la hiperinflación”, sostuvo.
La situación de las Fuerzas Armadas es “bastante delicada” y por eso -explicó- Venezuela vivirá un proceso de anomia, donde la sociedad civil no tiene suficiente fuerza política para un cambio, pero los militares tampoco.
Poca información
San Miguel señaló que “el problema con Maduro es que se ha estacionado en un escenario permanente de amenaza grave a su integridad personal. Este es un esquema muy cubano. Quizás existan intereses a su alrededor para mantenerlo aislado. Es una manera de controlar el poder desde la sombra”, indicó.
Para Castillo, uno de los grandes problemas es que hay poca información fidedigna, “pero un presidente no deja de asistir a ese tipo de eventos gratuita y folclóricamente; alguna razón debe tener, algunos indicios tiene que tener de algún tipo, o en caso de que no exista, alguna situación tiene que crear”.
Sin embargo, afirmó que estas situaciones se van a seguir dando, pero, “en cualquier caso, alguna información debe tener, porque el malestar es fuerte en la Fuerza Armada”.
EFE