Por primera vez desde que se lleva a cabo, Cobra Gold, un conjunto de ejercicios militares de supervivencia extremos en los que participan ejércitor de todo el mundo, no incluyó la muerte de animales sacrificados durante los entrenamientos, una práctica común de este evento.
Por Infobae
Así lo informó la organización de defensa de los derechos de los animales, PETA, en un comunicado donde destacó que en el Cobra Gold 2021, “ni un solo animal murió”.
Esta noticia es producto de una intensa campaña de PETA y otras organizaciones animalistas que presionaron por años a los organizadores de Cobra Gold para que detuvieran los horrendos entrenamientos donde los soldados aprendían a decapitar serpientes, matar pollos con sus propias manos, y comer escorpiones o geckos vivos destripados.
Estas organizaciones lograron un compromiso a principios de este año por parte del secretario de Defensa de Reino Unido, Ben Wallace, para que los organizadores reemplacen permanentemente el uso de animales vivos en los ejercicios de supervivencia enfocados en la obtención de alimentos, con otros métodos de entrenamientos más efectivos y éticos en los que no se maltraten animales.
Este tipo de entrenamientos se celebran en Tailandia en agosto de cada año y a ellos acuden miles de militares de todo el mundo.
El año pasado, los entrenamientos incluyeron a participantes matando pollos con sus propias manos, despellejando geckos vivos, comiendo escorpiones y tarántulas, y cortando cabezas de cobras para beber su sangre. Todo un ritual de matanza etiquetado bajo la idea de “supervivencia”.
Los ejercicios de Cobra Gold se venden como un simulacro de adquisición de habilidades para sobrevivir en condiciones extremas, siendo la búsqueda de alimento una de las principales, pero, de acuerdo con PETA, varios funcionarios detrás del evento, han admitido que la verdadera intención de estos entrenamientos es generar un sentimiento de camaradería entre las tropas, usando para tal fin este tipo de rituales barbáricos que se asemejan a las novatadas de las fraternidades.
“Este objetivo podría lograrse de manera fácil y segura a través de otros medios que no impliquen hacer que los animales sufran y mueran”, afirma PETA en un comunicado.
Además, la organización señala los riesgos para la salud de este tipo de prácticas, y acusan que beber sangre de serpientes decapitadas en Tailandia, por parte de tropas militares de varios países del mundo, “es el tipo de absurdo que podría desencadenar la próxima pandemia”.
“Las enfermedades zoonóticas se originan en otros animales y se transfieren a los humanos, como el SARS-CoV-2, el patógeno detrás de COVID-19, que probablemente se originó en los murciélagos y se transmitió por primera vez a los humanos a través del contacto con un huésped animal intermedio”, dice el comunicado.
El uso de animales vivos durante Cobra Gold, por lo tanto, presenta un riesgo de propagación de enfermedades zoonóticas, lo que pone en peligro a las tropas y al público en general.
El entrenamiento Cobra Gold se llevó a cabo por primera vez en Tailandia en 1982, con el propósito de estrechar las relaciones entre las fuerzas armadas estadounidenses y tailandesas. Desde entonces, el programa se ha expandido y ahora cuenta con la participación de 29 países, incluyendo Indonesia, Malasia, Singapur, Corea del Sur y otros países del Sur de Asia y del Pacífico.