En tiempos tenebrosos, cuando la traición engaña y aplaza la manumisión; la verdad es lo único decente. La mentira se desprecia y da asco. Llamar las cosas por su nombre, con valentía sin amagues ni titubeos, es esencial en la colosal lucha por recuperar la democracia y libertad.
América Latina y el Caribe son reconocidos por su comida, playas, patrimonio histórico, gentilicio y carisma de su gente. Sin embargo, hay un ángulo diferente que el forastero rara vez asocia con su cultura. El vudú haitiano, santería cubana, candomblé brasileño, las prácticas religiosas espirituales en comunidades latinoamericanas y afro-caribeñas son extensas. Rituales que colocaron las bases de lo conocido como santiguos (bendiciones curativas) y despojos (limpiezas espirituales).
Brujería y santería son elementos de la historia latina desde siempre; describe místicas ocultas en culturas latino-caribeño con raíces indígenas. El esfuerzo de monumentos de mal gusto se hizo para ensalmos, ofrendas maleficias y encantamientos.
Al G4 le importa poco el interinato, labora incansable para disolverlo. A los eternos y valetudinarios solo les interesa la tarjeta, al modificado su negocio, y a estultos el parentesco; para ellos, Venezuela no incumbe y expresan animados, “no hacen nada siniestro con adorar al diablo porque no llevan a cabo sacrificios”; por eso, los adivinos señalan que la preocupada Colombia se incorporará a la reunión de México, no para garantizar éxito, -que no tendrá-, sino para evitar se comprometa indebidamente a la enorme mayoría (más del 85%) de los ciudadanos dignos y honorables no representados. La brujería se da en diferentes grados y formatos. Mientras hay una versión simple, ésa que practica una santera en un puesto de mercado popular.
El interino, se niega a participar en la farsa y la ruptura es inevitable. Porque accediendo legitima y pierde el apoyo estadounidense. No aceptar, da la razón a quienes se oponen a ser estafados. Sin embargo, partidos de militancia y poder electoral nebuloso, abrieron sus puertas a quienes buscan consentimiento de un CNE parcializado y con medida cautelar. Sin alternativa, con rechazo y en compañía de algunos diputados, embajadores y funcionarios prorrogados, el encargado busca alianzas -quizás tarde- con quienes señalaron verdades, y por ello, ignorados, despreciados, tildados de insensatos radicales para sobrevivir a la traición advertida.
La brujería no tiene orden jerárquico. Hechiceras y hechiceros son independientes. Usan magia blanca y negra malvada para hechizos e invocaciones diabólicas; utilizan pócimas de la naturaleza, para condicionar salud, fama, belleza, relaciones amorosas y fortuna. Los crédulos son clientes rentables y los estafadores engañan a creyentes ingenuos. Desafortunadamente, los verificadores de hechizos, adivinación, amuletos y brebajes no existen, no está claro cómo evitar la pillería o saber si la persona que ofrece servicios es un tramposo charlatán o conoce de encantamiento.
Hay escenario para magia y supersticiones que el castrismo chavista aúpa con sus socios que comparten complacidos, se podría decir, que de sortilegios poco saben, la magia les salió al revés. La Venezuela que esperan, sin sanciones viejas y nuevas para los participantes van a tener que hacer brujería, gastar dinero en abogados, sin garantía de ayuda; ésas defensas son largas y costosas. Además, deberían investigar el asunto de las recompensas ahora que los contratistas quedan sin trabajo, millones de dólares son tentaciones de alta dimensión.
Al finalizar el plazo para la formalización de aspirantes, ruegan de rodillas la prórroga concedida, al no persuadir al interino de embarcarse en la pánfila y majadera aventura; pero no sabe, que hacer, puede que sí, puede que no, mientras la delegación castrista, disfruta del fino tequila, delicias y picantes mexicanos, mieles del poder y certeza de que, peleados entre sí o no, van con candidatos únicos que organizaron para reafirmarse, y, quien dejó a los afganos en la estacada levante sanciones que no impiden pero dificultan tener más dinero.
Que a los alacranes arácnidos se les adjudiquen gobernaciones y alcaldías, ni debilita ni tumba al régimen reconocido y legitimado en el acta mejicana. Con brujerías o sin ellas, la celebración patética para olvidar un día gris de convocatoria dolosa, de ceremonia pomposa y mal gusto, una indigna jornada que ni siquiera mereció la presencia ciudadana.
La acusación de hechizo puede concluir en un trágico desenlace, cuando se tiene un gobierno corrupto, perverso, sin escrúpulos, y una oposición necia, codiciosa, sin pragmatismo, hay que dejar las cosas así y sentarse a esperar que sea el pueblo el que estalle, realidad que se repite en sociedades del mundo. A pesar de que en cierta medida lo que se conoce sobre brujería está basado en la especulación; señalan que la llamada religión de la magia tiene miles de adeptos. Se dice que al menos 200 millones de brujos modernos, fetichistas, brujos de tribu y sectas pululan el mundo.
Cuando se platica de brujería la catalogan de ser negocio lucrativo más que fenómeno ancestral. Se observan politiqueros, brujos y hechiceros que dicen vender por cifra razonable prácticas para “mejorar suerte y mejor vivir”. Interpretaciones se reducen a cultos y prácticas triviales, otras implican complicadas realidades sociales. Sin cifras oficiales, en México y América Latina hay millones de brujas y brujos, la magia no es exclusiva de un género; de hecho, hay distintas corrientes y niveles. Es común que cada clase social tenga sus propias brujas.
La brujería, sin duda, traspasa fronteras y generaciones. Sus consecuencias también.
@ArmandoMartini