Boris Johnson rompió su promesa electoral y subió los impuestos para financiar las políticas de dependencia

Boris Johnson rompió su promesa electoral y subió los impuestos para financiar las políticas de dependencia

(Foto de Glyn KIRK / AFP)

 

 

 

Rompiendo su promesa electoral de no subir los impuestos, el primer ministro conservador británico, Boris Johnson, anunció el martes un aumento de cotizaciones para financiar las políticas de dependencia y recortar los retrasos provocados en la sanidad pública por la pandemia.

Ante la Cámara de los Comunes, Johnson anunció un incremento del 1,25% en las cotizaciones a la seguridad social -tanto por los trabajadores como por sus empleadores-, reconociendo que rompe así lo prometido en su programa electoral para las legislativas de diciembre de 2019.

“No es algo que haga a la ligera”, aseguró ante los diputados, presentando una medida que disgustó en sus propias filas conservadoras y parece haber provocado desacuerdos entre miembros del ejecutivo.

“Pero una pandemia global no estaba en ningún programa electoral”, se defendió, asegurando que esta subida pone al Reino Unido en línea con países como Francia, Alemania y Japón, que aumentaron sus cotizaciones a la seguridad social para ayudar a atender a unas poblaciones que envejecen rápidamente.

Por otra parte, la pandemia de coronavirus provocó un retraso récord de 5,5 millones de operaciones y otros tratamientos más o menos urgentes en la sanidad pública británica, que según el gobierno aumentará a 13 millones a finales de año si no se controla.

El ejecutivo anunció el lunes un paquete inicial de 5.400 millones de libras (6.300 millones de euros, 7.500 millones de dólares) de financiación adicional para ayudar a recortar este retraso en los próximos meses.

En los próximos tres años, la nueva tasa a la seguridad social permitirá recaudar 36.000 millones de libras que se dedicarán a recuperar el sistema sanitario.

Después el dinero se destinará a financiar la atención a los ancianos y otras personas dependientes.

En la actualidad, cualquier británico con un patrimonio superior a 23.250 libras debe pagar la totalidad en caso de ingresar en una residencia geriátrica o de otro tipo.

Esto hizo que muchos se vean obligados a agotar sus ahorros y vender sus casas.

Con el nuevo plan, a partir de octubre de 2023, cualquier persona con un patrimonio entre 20.000 y 100.000 libras contribuirá a su cuidado, pero obtendrá una ayuda en función de sus recursos. Nadie tendrá que pagar más de 86.000 libras a lo largo de su vida.

La oposición laborista denunció sin embargo una medida que grava a todos los trabajadores, incluidos jóvenes y precarios, para que “los hijos de los ricos puedan heredar sus caras casas”.

Johnson, que llegó a Downing Street a finales de 2019 afirmando tener un plan para gestionar la dependencia, denunció que los anteriores gobiernos habían eludido un reto electoralmente complicado.

AFP

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