La duración de las misiones tripuladas a Marte no podrá superar los 4 años debido al riesgo que supone para sus miembros la radiación del Sol, de las estrellas lejanas y de las galaxias, según estimaciones de un grupo internacional de científicos que publicaron recientemente sus hallazgos en la revista AGU Space Weather.
Investigadores del Instituto de Ciencia y Tecnología de Skólkovo (Rusia), de la Universidad de California (EE.UU.), de la Universidad de Potsdam (Alemania) y del Instituto de Tecnología de Massachusetts (EE.UU.) evaluaron el impacto de la radiación cósmica en la salud de los miembros de tripulación, así como las limitaciones que impone el peso de la nave espacial a los materiales de protección, simulando su propagación de las partículas dentro de la misma.
En concreto, los científicos analizaron cómo dos principales tipos de radiación peligrosa —las partículas energéticas solares (SEP, por sus siglas en inglés) y los rayos cósmicos galácticos (GCR, por sus siglas en inglés)—, cuya intensidad depende de la actividad del Sol, influyen en diferentes órganos humanos y afectan a la nave espacial.
Los cálculos demostraron que el momento óptimo para volar al planeta rojo, que dura unos 9 meses, se corresponde con el máximo solar, ya que la intensidad de los GCR, el tipo de radiación más agresiva, disminuye durante los 6-12 meses posteriores al pico de la actividad solar. Sin embargo, incluso las misiones que arrancasen durante el máximo solar no podrían exceder los 4 años, ya que, después de ese tiempo, la tripulación estaría expuesta a niveles peligrosos de radiación.
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