Rusia anunció el viernes que terminó la obra del controvertido gasoducto Nord Stream 2, unas instalaciones que suministrarán gas ruso hacia Alemania y que, según sus detractores, harán que los europeos sean más dependientes de Moscú.
El director general de Gazprom “Alexéi Miller declaró que esta mañana, a las 8H45, hora de Moscú (05H45 GMT), la construcción del gasoducto Nord Stream 2 se había completado totalmente”, indicó el grupo público ruso.
Para Rusia, el anuncio destila triunfo, en tanto las tensiones diplomáticas despertadas por este proyecto de 10.000 millones de euros (11.800 millones de dólares) llegaron a ser tan fuertes en un momento dado, que algunos creían que nunca se materializaría.
Pero para sus detractores, tanto en Europa como en Estados Unidos, este ducto incrementará la dependencia energética europea de Rusia, considerado un rival estratégico por muchos países occidentales. Sus contrarios también señalan que el proyecto constituye una traición para los intereses de Ucrania, un aliado occidental frente a Moscú.
El Nord Stream 2 duplicará el suministro de gas ruso hacia Alemania, principal impulsor del proyecto.
El ducto, que tiene una capacidad de 55.000 millones de metros cúbicos de gas al año, recorre 1.230 km bajo el mar Báltico, siguiendo el mismo trayecto que su hermano gemelo, el Nord Stream 1, activo desde 2012.
Durante años, el proyecto provocó tensiones entre Estados Unidos y Alemania pero también dentro de Europa.
Finalmente, la llegada al poder de Joe Biden favoreció el entendimiento con Alemania al respecto y puso fin a las tensiones.
El gasoducto también tiene consecuencias para Ucrania, ya que podría privarle de al menos 1.500 millones de dólares al año que recibe actualmente por el tránsito del gas ruso por su territorio hacia Europa.
Además, el gobierno ucraniano teme que esto haga que su país sea más vulnerable respecto a Moscú.
– Arma geopolítica –
Criticada por este dosier, la canciller alemana, Angela Merkel, subrayó a finales de agosto en Ucrania que su país haría todo lo posible para que se prolongue el contrato de tránsito ruso-ucraniano, que expirará en 2024, e insistió en que Moscú no debía utilizar el gas como “un arma”.
El presidente ucraniano, Volodimir Zelesnski, le había recalcado a la canciller que el Nord Stream 2 puede ser un “arma geopolítica peligrosa”.
Este viernes, el portavoz de la presidencia ucraniana, Sergiy Nikiforov, declaró a la AFP que Kiev seguirá “luchando” contra el Nord Stream 2, “incluso después de que comience el suministro de gas”.
Operado por el gigante ruso Gazprom, el proyecto fue cofinanciado por cinco grupos europeos del sector de la energía (OMS, Engie, Wintershall Dea, Uniper y Shell).
Dentro de la Unión Europea (UE), Alemania es el principal promotor de las instalaciones que, según Berlín, es un proyecto ante todo económico, que le ayudará a cumplir con sus planes de transición energética.
Desde el principio, Estados Unidos ha manifestado su desacuerdo con Nord Stream 2, señalando que el ducto podría debilitar a Ucrania y reforzar los intereses de Rusia, en un momento en el que los estadounidenses desean vender gas de esquisto a los europeos.
Los países europeos, por su parte, están divididos. Polonia y los países bálticos expresaron su preocupación porque el bloque acabe cediendo a las ambiciones rusas.
Ni siquiera en Alemania el Nord Stream 2 genera unanimidad. Un informe del instituto de investigación económica alemán DIW señalaba en 2018 que el gasoducto estaba basado en unas previsiones que “sobrestiman considerablemente la demanda de gas natural en Alemania y en Europa”.
La administración del expresidente estadounidense Donald Trump aprobó una ley, en 2019, para imponer sanciones a las empresas implicadas en ese proyecto.
A causa de ello, las obras, que habían empezado en 2018, se vieron interrumpidas en diciembre de 2019, cuando solo quedaban por instalar 150 kilómetros de ducto en aguas alemanas y danesas. Los trabajos no se retomaron hasta un año después.
Joe Biden, en tanto, renunció a bloquear el proyecto, considerando que era ya demasiado tarde y que era más interesante apostar por la alianza con Alemania, de quien Washington espera obtener respaldo en otros frentes, como, por ejemplo, ante China. AFP