Desde hace más de dos meses los margariteños vienen recibiendo agua por tubería con una turbiedad que de acuerdo con los expertos no la hacen apta para el consumo humano.
Por: Dexcy Guédez La Patilla
Beatriz Ávila, ex gerente de la Hidrológica del Caribe (Hidrocaribe) alertó que el agua que bombean los sistemas hidráulicos del Turimiquire y Clavellinos desde el estado Sucre, no está siendo tratada con Sulfato de aluminio, que es el principal componente químico que le agregan en los procesos de tratamientos preliminares para garantizar su cristalinidad.
“Al agua se le debe añadir ese químico para que las particulas dispersas se junten y pueda ser sedimentada, y en otros procesos se pueda filtrar y desinfectar con cloro a razón de cinco unidades de cloro por cada 15 unidades de turbiedad”, explicó la exgerente de Hidrocaribe.
Aseguró que en los dos ciclos más de recientes de 45 días entre cada uno, el agua está siendo bombeada sin recloración en los embalses que la suministran a la Isla.
“A simple vista se evidencia que tampoco está siendo clorada al llegar a las plantas de distribución en Margarita”, acotó Ávila
Esas consideraciones coinciden con pobladores consultados quienes aseguran que esa situación la han venido denunciando diferentes agrupaciones sociales de la entidad, ante las propias autoridades de Hidrocaribe, sin que hasta ahora hayan tomado los correctivos de rigor.
La especialista destacó que el agua que los margariteños adquieren a través de camiones cisternas está las mismas condiciones ya que proviene de las mismas fuentes.
Otra de las advertencias que hizo a los margariteños es que no consuman aguas de pozos profundos, las cuales están siendo comercializadas por personas inescrupulosas, ya que no son aptas para consumo humano.
Además recomendó hervir el agua que compran en botellones, antes de consumirla.
Quejas de lugareños
Jessica López resaltó que debe hervir el agua tal como la recibe para preparar los alimentos, ya que no tiene dinero para comprar botellones en los cuales tampoco confía.
Emma Bastardo y Miguel Rivas coincidieron en que es una suerte poder comprar agua en botellones, porque además con la escasez de gas doméstico es imposible asumir la posibilidad de hervirla cotidianamente.