Cerca de un millón de canes se matan cada año para el consumo humano en el país.
Por infobae.com
El presidente de Corea del Sur, Moon Jae-in, ha planteado la prohibición de comer perros en el país, una práctica tradicional que se está convirtiendo en una vergüenza internacional.
Esta carne ha sido durante mucho tiempo parte de la cocina de Corea del Sur y se cree que alrededor de 1 millón de perros se comen anualmente, pero el consumo ha disminuido a medida que más personas adoptan a los animales como compañeros en lugar de como ganado.
La práctica es una especie de tabú entre las generaciones más jóvenes y la presión de los activistas por los derechos de los animales ha ido en aumento.
“¿No ha llegado el momento de considerar prudentemente la prohibición del consumo de carne de perro?” Moon le preguntó al primer ministro, Kim Boo-kyum, durante una reunión semanal el lunes, según el portavoz presidencial.
La industria de mascotas de Corea del Sur está en aumento, con un número creciente de personas que viven con perros en casa, el presidente entre ellos, pero todavía hay granjas de perros en funcionamiento, donde algunas razas de perros se crían como alimento. Moon es un conocido amante de los perros y tiene varios caninos en el recinto presidencial, incluido uno que rescató después de asumir el cargo.
Adoptar a Tory fue una de las promesas de Moon durante su campaña presidencial y el perro se convirtió en el primer perro de rescate en llegar a la Casa Azul.
Moon hizo las declaraciones cuando se le informó sobre un plan para mejorar el sistema de cuidado de las mascotas abandonadas, dijo su portavoz.
La ley de protección animal de Corea del Sur tiene como objetivo principal prevenir la cruel matanza de perros y gatos, pero no prohíbe el consumo en sí.
No obstante, las autoridades han invocado la ley y otras regulaciones de higiene para tomar medidas enérgicas contra las granjas de perros y los restaurantes antes de eventos internacionales como los Juegos Olímpicos de Pyeongchang 2018.
En 2017, Taiwán, otro lugar donde el consumo de estos animales era algo tradicional, prohibió explícitamente la venta y el consumo de carne de perro y gato y aumentó la pena por crueldad animal.
Las declaraciones de Moon apenas son un indicio de lo que podría venir para Corea del Sur en materia de legislación que proteja a los animales, pero todavía no es un hecho consumado.