La inseguridad viaja en autobús desde Porlamar a los municipios más apartados de Margarita

La inseguridad viaja en autobús desde Porlamar a los municipios más apartados de Margarita

 

Tomar un autobús desde Porlamar, municipio Mariño, hacia cualquiera de las comunidades de los municipios más apartados del sur y centro este de Margarita, actualmente no es nada seguro.





Por: Lisbeth Miquilena / La Patilla

Los pasajeros que a diario deben subir en las unidades de transporte público en las rutas hacia los municipios Díaz, Tubores o Península de Macanao, ruegan a Dios por lograr llegar con sus pertenencias y sobre todo con vida a sus destinos, ya que la delincuencia viaja en los autobuses.

Por ejemplo, los usuarios de las rutas que prestan el servicio colectivo para la población de Las Villarroeles, municipio Díaz, manifiestan que a diario se registran al menos cinco robos a mano armada.

Indican que el modus operandi es el mismo, es decir, con frecuencia dos o tres de las personas a bordo, al llegar a la parada de esa comunidad sacan sus armas de fuego y bajo amenaza de muerte logran despojar al resto de los pasajeros y al conductor de sus pertenencias, para luego huir por los senderos ubicados frente a esa comunidad.

Igualmente sucede con las unidades que cubren las rutas hacia los municipios Tubores y Península de Macanao, pero generalmente se suben desde el terminal de pasajeros de Porlamar y en zonas cubiertas de monte o solitarias, hacen saber a los pasajeros que se trata de un atraco y proceden a despojarlos de su teléfonos celulares, dólares y hasta las bolsas con comida que lleven a mano.

Pero ésta no es la única modalidad que usan, otra práctica es sorprender a quienes desde muy temprano esperan sus transportes en las paradas del transporte público.

Según los vecinos la falta de alumbrado y de limpieza en los alrededores de esos espacios conspiran para que los delincuentes ejecuten sus fechorías.

“Yo venía a bordo del autobús desde Porlamar y traía mi mercado, así como mi pago de la quincena, pero con nada de eso llegué a mi casa, pues fuí víctima de la delincuencia y los tres tipos venían en el autobús desde el terminal de Porlamar”, expresó Francisco Gutiérrez, habitante de Las Villarroeles.

Otra que también suma a las estadísticas de dichos robos, es Chiquinquirá Salazar, una joven estudiante que recibió un golpe con un objeto contundente en la cabeza por parte de dos sujetos que intentaron robarla justamente al bajarse de un autobús en la población de San Juan Bautista, municipio Díaz y al resistirse fue herida de gravedad.

Ante estos constantes hechos vandálicos, los residentes de los mencionados municipios exhortan a la policía regional, a la Guardia Nacional y a los alcaldes a tomar cartas en el asunto y frenar esta ola de robos que cada día es más constante, especialmente en horas de la tarde cuando ya el sol se va ocultando.