Crisis sanitaria pone en riesgo la vida de pacientes con cáncer de mama en Venezuela

Crisis sanitaria pone en riesgo la vida de pacientes con cáncer de mama en Venezuela

Foto: VOA

 

 

Caracas. El cáncer de mama ocupa el primer lugar de mortalidad de mujeres en Venezuela. El avance que consiguió el país en un momento para tener medicamentos de última generación se ha perdido y se está volviendo a la medicina de hace 30 años. Las pacientes oncológicas tienen mastectomías que se pudieron haber evitado o reciben medicamentos vencidos porque en el mercado privado son muy costosos. Así lo reseñó Crónica UNO.

La crisis hospitalaria avanza, mientras que la falta de información pública deja un vacío sobre la situación actual: cuántos casos nuevos hay por año, de qué edades, cuántas fallecen y demás preguntas sin contestar. Esto ha dejado en manos de las organizaciones no gubernamentales (ONG) la necesidad de levantar su propia data que les permita, así sea por estimados y aproximaciones, entender lo que ocurre.

“Estamos volviendo a la medicina de hace 30 años”, comentó Luisa Rodríguez Táriba, presidenta de Funcamama. Desde su experiencia, narró que han visto casos de mujeres mastectomizadas, quienes hace cinco años, probablemente, no hubieran requerido este procedimiento quirúrgico mediante la extirpación de todo el seno, porque había cómo darle otro tipo de tratamiento a tiempo e, incluso, ser curada.

Los hospitales oncológicos de Caracas tienen muchas fallas que van desde los servicios públicos hasta equipos dañados, falta de insumos o reactivos. Y, en las clínicas privadas, se necesitan más de 2000 dólares para saber si una mujer tiene cáncer y qué tipo es.

Según explicó Rodríguez Táriba, los gastos van a depender de factores como la edad. Si es una persona menor de 35 años, necesitará hacerse una ecografía mamaria y una consulta mastológica, que son unos 150 dólares. Si es una persona mayor de esa edad se le suma la mamografía y el precio aumenta a 250 o 300 dólares.

Luego, si la mujer tiene alguna lesión, debe hacerse una punción que cuesta unos 250 dólares y el procesamiento de la muestra por 100 dólares más. De salir positivo, se hacen los exámenes para saber cómo está la paciente con un perfil metabólico, evaluación de un cardiólogo y de un ginecólogo y una gammagrafía ósea —para la que no hay reactivos en el país. Todo esto va sumando, así como los gastos de traslado, alimenticios y los días que la mujer debe dejar de trabajar.

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