Archie Harrison Mountbatten Windsor fue bautizado en el castillo de Windsor dos meses después de su nacimiento en mayo de 2019, pero sus padrinos se mantuvieron en secreto para el mundo. A la ocasión especial asistieron, además de sus padres Harry y Meghan Markle, el príncipe William y Kate Middleton, Carlos y Camilla, las hermanas de la princesa Diana y la madre de Meghan, Doria Ragland.
Por La Nación
Como parte de los seis nuevos capítulos del libro Meghan: una princesa de Hollywood, que se publicó por primera vez en 2018, Andrew Morton, su autor, asegura que el príncipe William quedó confundido ante el extravagante silencio de los Sussex respecto de los padrinos de su hijo.
De acuerdo con el diario The Mirror, Morton dice en el libro: “La decisión de mantener en secreto los nombres de los padrinos de Archie fue otro de los temas, uno de muchos, que dejó perplejo a William. Él, como otros miembros de la familia, sintió que los elegidos para guiar y aconsejar a un futuro príncipe, el séptimo en la línea del trono, deberían ser identificados. Pero Harry y Meghan pensaron de otra manera. Los Sussex explicaron que los padrinos eran amigos genuinos, no celebridades o figuras públicas, que se unieron a la pareja para preferir la privacidad”.
Tan solo unos meses después del bautismo, Harry y Meghan decidieron renunciar como miembros de la realeza y dejaron el Reino Unido para instalarse finalmente en California. Desde entonces, la pareja le ha dado la bienvenida a su segunda hija, Lilibet, que nació en Estados Unidos en junio, y que aún no ha sido llevada a Londres para una visita a sus familiares que se encuentran del otro lado del Atlántico.
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