Al pensar en casas terroríficas es fácil imaginarse grandes propiedades con pisos destartalados y paredes oscuras con un estilo gótico y abandonado que señala todos los horrores que han podido suceder allí. Sin embargo, una de las casas más espeluznantes de Estados Unidos tiene un aspecto encantador.
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Miles de flores decoran un jardín con porche en la localidad de Petersburg, Virginia, alejando la atención el hecho de lo que parecen adorables ladrillos blanquecinos en realidad son lápidas recicladas.
Piedras que solían adornar el cementerio del pueblo y que desde los años 30 cubren este domicilio. Las lápidas pertenecían a los soldados que murieron en una de las batallas de la guerra civil estadounidense que tuvo lugar en la ciudad.
Durante la Gran Depresión, el gobierno local no podía permitirse seguir cuidando de las losas y cortaron la piedra en dos, dejando el nombre tumbado en el suelo y vendiendo la segunda parte por 45 dólares.
Oswald Young compró 2.200 de estas partes y construyó toda su vivienda, incluyendo la chimenea y el paseo hasta la puerta. El resultado, aunque no es terrorífico, asusta bastante a todos aquellos que quieren acercarse en estas fechas a pedir “truco o trato”.