En Italia, La Liga Norte del ultraderechista Mateo Salvini, es desafiada por Los Hermanos de Italia, movimiento auto declarado neofascista y anti UE. En Alemania, el partido de la derecha radical, Alternativa para Alemania, es objeto de dura presión por una facción que puja por acciones más contundentes de nacionalismo y anti imigración. En España, Vox ha desplegado la bandera del patriotismo identitario, que si bien se levanta contrapuesta a las pretensiones de los separatistas en Cataluña y otras regiones autonómicas de España, coincide con movimientos anti UE en el propio Parlamento Europeo. El gobierno ultraconservador de Polonia, respaldado por Hungría, se rebela contra normas jurídicas fundamentales que rigen a los 27 estados miembros de la UE.
Por supuesto, no se trata de la inminencia de una conmoción continental, pero siempre es oportuno recordar que el nacionalismo a ultranza fue raíz sustancial de la beligerancia en Europa y, en particular, de las conflagraciones que la asolaron en el siglo XX.