El uso de antioxidantes está de moda para frenar el envejecimiento, se pueden adquirir fácilmente sin receta y se consumen sin control médico, sin embargo, una automedicación que no tenga en cuenta el estado de salud del usuario, el tipo del antioxidante utilizado y una dosis adecuada puede resultar contraproducente e incluso peligrosa para la salud general.
Por 20minutos.es
Todas las células del organismo humano utilizan el oxígeno inhalado en la respiración y lo transforman en especies reactivas de oxígeno (ERO), fundamentales para la generación de energía necesaria para una variedad de procesos vitales. Una vez cumplida su función, las ERO son eliminadas por sustancias antioxidantes. En las células sanas existe un equilibrio entre la generación de las ERO, su utilización y la subsecuente eliminación de las ERO sobrantes.
Este equilibrio se ve perturbado en diferentes condiciones patológicas, muchas de ellas asociadas a la edad, dando lugar a un estrés oxidativo que causa daños en diferentes células, tejidos y órganos, provocando cambios que causan su envejecimiento funcional. Un estudio reciente del equipo de la clínica MARGen de Granada, liderado por el doctor Jan Tesarik y la doctora Raquel Mendoza Tesarik, muestra cómo diferentes factores causantes el envejecimiento de los ovarios y el inicio de la menopausia confluyen en el desarrollo del estrés oxidativo.
El estrés oxidativo está también detrás de múltiples patologías no relacionadas con la fertilidad como enfermedades autoinmunes, neurodegenerativas, cardiovasculares, varios tipos de cáncer, declive funcional de diferentes órganos relacionado con la edad, así como con el envejecimiento en general.
Desde hace más de 30 años
Los antioxidantes son sustancias que inhiben oxidación y, desde hace más de 30 años, se utilizan para prevenir y curar enfermedades causadas por el estrés oxidativo, derivado de una deficiencia de los antioxidantes endógenos responsables de su eliminación. La medicación equilibrada con antioxidantes, logra a retrasar los procesos de envejecimiento y revertir el progreso de las enfermedades asociadas. Sin embargo, su popularidad, que lleva a la automedicación, puede tener efectos contrarios a los deseados.
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