Desde que los medios de comunicación venezolanos e internacionales se hicieron eco acerca que el empresario colombiano Alex Saab se encontraba tras las rejas en la isla de Cabo Verde, los movimientos del régimen de Nicolás Maduro se volcaron a proteger la imagen del oriundo de Barranquilla como nunca antes se había visto, rozando los límites de martirizarlo.
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Días posteriores a su detención, la dictadura venezolana aseguró que el empresario se encontraba de paso en Cabo Verde en su ruta hacia Irán, ejerciendo funciones de “enviado especial”. Éste se ha visto involucrado en negocios de importación de alimentos, petróleo, carbón, construcción y minería, de ahí parte la importancia de esta ficha para Maduro y sus compinches.
Aún estando en prisión, el chavismo ascendió al colombiano a embajador de Venezuela en la Unión Africana.
Pancartas, murales y grafitis llenaron Caracas pidiendo la liberación de Saab, quien al momento de ser capturado tenía alerta roja en Interpol.
A esto se ha sumado una acérrima estrategia de medios y redes sociales en las que la dictadura ha posicionado la etiqueta #FreeAlexSaab.
YURI CORTEZ (AFP)
La oposición a la dictadura chavista acusó a Saab de asumir contratos millonarios que han sido destinados a paraísos fiscales, además de colocar comida de pésima calidad en las bolsas de los Comités Locales de Abastecimiento y Producción (CLAP) que ofrece Maduro a los sectores populares.
De acuerdo con información de EL PAÍS, Saab comenzó a hacer negocios vinculados al chavismo en 2011, en principio como proveedor de materiales de construcción para la Misión Vivienda establecida por el fallecido presidente Hugo Chávez.
Posteriormente, comenzó a incrementar su potencial patrimonial y la influencia de sus empresas en las contrataciones oficiales, particularmente con Maduro.
Según el medio español, en los últimos años, Saab ha hecho inversiones para adquirir complejos industriales y empresas venezolanas expropiadas o debilitadas por la crisis que somete al país desde los inicios de la plaga chavista.
Desde mayo de 2019, Saab está sujeto a sanciones de la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC) del Departamento del Tesoro de EEUU. Asimismo, desde 2017 ha sido señalado como el testaferro del dictador venezolano.
Saab, de 49 años, fue extraditado el pasado 16 de octubre hacia EEUU desde Cabo Verde.
El empresario está acusado de siete cargos de lavado de dinero y uno más de conspiración para cometer ese delito.
Los fiscales estadounidenses consideran que Saab lavó más de 350 millones de dólares para pagar corruptelas de Nicolás Maduro a través del sistema financiero estadounidense.
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