La caída accidental del móvil al inodoro, a una bañera o a un piscina es una experiencia tremendamente frustrante. La buena noticia es que no está todo perdido, aunque esto dependerá de cómo reaccionemos nada más recuperar el teléfono de una inmersión involuntaria. La mayoría de los móviles de gama alta de última generación cuentan con algún tipo de certificación que los hace más o menos resistentes al agua, pero un accidente de estas características puede arruinar el dispositivo (y todo su contenido), y lo que empeora la cosa, precipitar el fin de la garantía. En lo que respecta a esto último, los móviles cuentan con testigos sensibles a la humedad que alertan, sin género de dudas, del contacto del dispositivo con el agua. Pero como hemos apuntado, este incidente puede tener un final feliz si se actúa de forma correcta.
Por JOSÉ MENDIOLA ZURIARRAIN / elpais.com
Lo que no debe hacerse
Lo primero es no intentar encenderlo. Es una tentación difícil de resistir (¿funcionará o no?), pero, en el momento crítico de rescatar el móvil que ha sufrido una inmersión, se debe tener la cabeza fría y no tocar ningún botón, y por descontado, no intentar encenderlo. ¿Por qué motivo? “Intentar encender un móvil sumergido puede provocar cortocircuitos que hacen que la reparación sea más difícil, si no imposible”, según explica Francisco Javier Sánchez-Romero, CEO de Bemovil, empresa dedicada a la reparación de móviles.
Tampoco se debe usar el secador (ni el horno). Internet es un pozo sin fondo de información, pero como es bien sabido, no siempre esta es adecuada. Un consejo que puede encontrar un usuario desesperado es utilizar un secador de pelo para acelerar el proceso. No se recomienda hacerlo por un doble motivo: el chorro de aire puede provocar que las gotas de agua presentes en las rendijas (hendiduras de los botones, puerto de carga o auriculares), se introduzcan más si cabe en los circuitos, empeorando la situación. Además, el calor podría eventualmente afectar a los componentes internos de la electrónica, y esto mismo cobra más sentido en otro disparatado consejo que uno puede encontrar en la web: introducir el móvil en el horno.
Emplear el arroz para secarlo tampoco es una buena idea. Se trata del primer consejo de cuñado que uno puede recibir tras comunicar el desastre: “Mete el móvil en un bol de arroz y déjalo toda la noche”. En principio, la idea no resulta descabellada, el arroz cuenta con propiedades secantes, pero únicamente actuaría en las capas más externas del dispositivo, manteniéndose la humedad en los componentes internos, que una vez encendido el equipo, pueden verse afectados de forma irremediable. Los expertos desaconsejan esta práctica, por otra parte, puesto que el arroz podría humedecerse y adherirse al propio móvil provocando daños colaterales.
Lo que se debe hacer
Lo primero es sacarlo inmediatamente del agua. En este tipo de incidentes, la rapidez en la respuesta juega un papel clave. Si retiramos el móvil del fondo del inodoro o piscina nada más caerse al agua, mayores serán las probabilidades de éxito. Si el dispositivo ha permanecido sumergido durante horas, devolverlo a la vida resultará mucho más improbable.
Después procede retirar la funda, la tarjeta SIM y si es posible, la batería. Una vez retirado el móvil del agua, la prioridad debe consistir en secarlo lo antes posible. Por ello, se recomienda retirar la funda protectora y si el dispositivo lo permite, hacer lo propio con la batería (esto último resulta cada vez más improbable, puesto que los fabricantes tienden a integrar las baterías en el hardware del equipo y no es posible retirarlas). Se recomienda, asimismo, retirar la tarjeta de memoria (si el móvil dispone de ella) para acelerar el secado.
El siguiente paso consistirá en secarlo con un trapo hasta eliminar toda la humedad que sea posible, y en el caso de los puertos y demás orificios, soplar suavemente hasta retirar las posibles gotas que se encuentren en ellos. Este último paso debe de hacerse suavemente para evitar introducir todavía más el agua en el interior del dispositivo.
Otra buena idea: introducirlo en un bol con bolsas de sílice. Las clásicas bolsitas antihumedad que habitualmente acompañan a determinados productos para evitar la humedad (las clásicas con la advertencia, “no tragar”) pueden, por fin, tener un destino mejor que la basura. Los expertos recomiendan emplear estas bolsitas en lugar del arroz para eliminar la humedad del dispositivo, pero no durante únicamente una noche: habrá que cultivar la paciencia y reposar el dispositivo en el bol durante al menos tres noches para que haga su efecto. Si no se dispone de estas bolsitas en casa, se pueden adquirir sin problemas en las principales tiendas en Internet.
Estos consejos pueden considerarse como de primeros auxilios. Pero si de verdad se quiere incrementar las posibilidades de éxito a la hora de recuperar un móvil que ha sufrido una inmersión, lo más recomendable será siempre llevar el dispositivo al servicio de asistencia técnica o una empresa dedicada a la reparación, que cuentan con herramientas adecuadas para recuperar móviles sumergidos.
¿Son frecuentes las caídas de móviles al agua? “Es muy habitual durante los meses de verano”, apunta Sánchez-Romero, “todos los días tenemos teléfonos mojados de la playa o piscina”. El experto destaca que las caídas al inodoro son también muy frecuentes. Y si estamos en la playa y el móvil ha caído en agua salada, antes de seguir los consejos mencionados, resultará fundamental aclarar el dispositivo con agua dulce hasta asegurarse que no queda rastro del agua del mar, muy corrosiva para los dispositivos electrónicos.