Los siete imputados por la muerte de Diego Armando Maradona se presentaron este lunes ante los tribunales de la localidad bonaerense de San Isidro, en la causa que investiga el fallecimiento del astro del fútbol el pasado 25 de noviembre.
Se trata del neurocirujano Leopoldo Luque, la psiquiatra Agustina Cosachov, el psicólogo Carlos Díaz, la médica que coordinaba los cuidados domiciliarios Nancy Forlini, el coordinador de los enfermeros Mariano Perroni y los enfermeros Ricardo Omar Almirón y Dahiana Gisela Madrid.
Este procedimiento formal, ordenado por la Fiscalía a cargo de la investigación, tiene por objetivo obtener las huellas dactilares de los implicados, así como recabar la posible existencia de antecedentes penales.
Tras su salida de los tribunales, el neurocirujano Leopoldo Luque tan sólo respondió de forma irónica a un periodista que acusaba a su abogado de agredir presuntamente al camarógrafo de una televisión local.
“Yo no soy abogado, si no, lo defendería. Ustedes me están empujando a mí”, zanjó Luque, que declinó hacer más declaraciones ante los reporteros congregados en la zona.
Maradona falleció a los 60 años y la autopsia al cuerpo del excapitán y exseleccionador de Argentina determinó que murió como consecuencia de un “edema agudo de pulmón secundario a una insuficiencia cardíaca crónica reagudizada”.
También descubrió en su corazón una “miocardiopatía dilatada”.
El campeón del mundo en México 1986 padecía problemas de adicción al alcohol, había sido ingresado en una clínica de La Plata el 2 de noviembre de 2020 por un cuadro de anemia y deshidratación y un día después fue trasladado a un sanatorio de la localidad bonaerense de Olivos, donde fue operado de un hematoma subdural por un equipo comandado por Luque.
El 11 de noviembre recibió el alta hospitalaria y se trasladó a una casa en un barrio privado de las afueras de Buenos Aires, donde falleció el 25 de noviembre.
EFE