En lugar de justificar este incremento de precio con una mejora en la disponibilidad y la calidad del combustible, este acaba por perjudicar las unidades, causando daños en los motores e impactando en la operatividad de los vehículos, así lo reseñó TAL CUAL.
El aumento se convirtió en una barrera para los transportistas que ven como su oficio se hace más caro cada día mientras están sometidos a regulaciones, pues el régimen chavista impide aumentos en los fletes. A esto se suma un combustible que deteriora unidades e impone otro costo para los transportistas, que deben asumir las costosas reparaciones de los camiones.
Para complicar aun más la situación, los transportistas no tienen posibilidad de acceder a créditos, ya que el Gobierno impide que la banca los otorgue al aplicar una política de encaje legal elevada en su intento por contener el precio del dólar.
Todas estas quejas son denunciadas por la Cámara de Transporte del Centro (Catracentro) mediante un comunicado dirigido a las autoridades gubernamentales, en el que afirman que estas decisiones están dificultando las actividades del sector y exigen al régimen de Nicolás Maduro intervención.
En este sentido, Catracentro exhorta a las autoridades competentes a garantizar la disponibilidad y calidad del combustible, actualizar los fletes en función del nuevo precio del diésel e iniciar un plan económico para recuperar la operatividad del sector.
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