Por qué la inmunidad de rebaño no es la llave fundamental para frenar la pandemia

Por qué la inmunidad de rebaño no es la llave fundamental para frenar la pandemia

Mapa de los contagios actuales que realiza la Universidad Johns Hopkins en EEUU. Vía Infobae

 

Las cifras del último parte oficial del Ministerio de Salud de la Argentina hablan por sí solas: el total actual de pacientes internados en una Unidad de Terapia Intensiva (UTI) es de 605 en todo el país, lo que equivale a un 35% de ocupación total de camas por cualquier patología, incluida el COVID-19.

Por Infobae

Muy lejos del más del 80% de ocupación de camas registrado en mayo a nivel nacional y un 100% en algunas jurisdicciones puntuales, las cifras han bajado debido, casi exclusivamente, a la masiva vacunación alcanzada durante los últimos meses mediante el hecho de haber intensificado la aplicación de segundas dosis a fin de que las personas obtengan el esquema completo que les permita tener más reforzado sus sistema inmunitario contra el SARS-CoV-2. Argentina tiene al 77% de su población vacunada con al menos una dosis y a un 58,6% de vacunados con dos. En pocas palabras, las vacunan funcionan.

Pero a pesar de la amplia vacunación registrada, todavía hay infecciones diarias. Ayer se consignaron 1288 nuevos contagios en la Argentina. Y la situación en Europa o Estados Unidos es peor. Por ejemplo en Reino Unido, el 67,2% de la población está vacunada completamente. Y ayer se registraron más de 32.000 nuevo contagios. España tiene al 80% de las personas con dos dosis y ayer marcó más de 2100 infecciones por COVID-19.

¿Eso significa que todavía no se alcanzó la inmunidad de grupo? O si se alcanzó, ¿la misma no es garantía para frenar el avance del COVID-19?

“Todavía no conocemos la proporción exacta de la población que necesita ser inmune para alcanzar la inmunidad colectiva para el SARS-CoV-2, ya que necesitamos comprender mejor la duración y la protección de la transmisión generada tanto por la vacunación como por el COVID-19 anterior infección”, explicó en The Lancet el doctor Jesús Rodríguez Baño, jefe de enfermedades infecciosas del Hospital Virgen de la Macarena de Sevilla, España.

La inmunidad de grupo se define como la resistencia de un grupo a la entrada y diseminación de un agente infeccioso basándose en que hay una elevada proporción de personas que son inmunes a la infección.

“La situación en España puede dar algunas pistas: tras dejar atrás la mayoría de las medidas de control en la población, la tasa de contagio (y especialmente la tasa de ingresos hospitalarios) ha ido bajando, y esto es lo contrario de lo ocurrido en las olas anteriores. La única explicación plausible es la altísima tasa de vacunación en el país”, agregó el experto en el paper científico.

En otros países, como Estados Unidos, hay temor por la dificultad en alcanzar la inmunidad de rebaño por otras razones. Una de las razones que podrían interferir en el logro de la inmunidad de rebaño es que una parte de la población de los Estados Unidos se resiste a vacunarse. Las encuestas revelan que el 30 por ciento de la población sigue reacia a vacunarse. “En teoría, es posible tener una cobertura de vacunación de alrededor del 90 por ciento, pero yo diría que realmente no es muy probable”, comentó al diario The New York Times Marc Lipsitch, investigador de salud pública en la Escuela de Salud Pública T. H. Chan de la Universidad de Harvard.

Otro problema es el gran territorio que tiene. Aun si a nivel nacional la cobertura de vacunación para COVID-19 llegara al 95%, podría haber pueblos con una cobertura del 70%. Esas diferencias podrían favorecer que la circulación del coronavirus continúe en esos pueblos, que a su vez podrían influir en el rebrotes al estar conectados con otras localidades.

Llegar a la inmunidad colectiva

“Llegaremos a la inmunidad colectiva cuando suficientes dosis de las vacunas lleguen a los países, pero es difícil predecir cuántos deben estar vacunados en cada país para llegar a ese punto, ¿70%? ¿80%? ¿90%? Lo sabremos cuando prácticamente no haya infecciones nuevas y esto permanezca así”, dijo la doctora Carissa F. Etienne, directora de la Organización Panamericana de la Salud (OPS).

En ello coincide la doctora Angela Gentile, especialista en epidemiología, infectología y vacunas de la Sociedad Argentina de Pediatría y miembro de la Comisión Nacional de Seguridad en Vacunas: “Antes se calculaba que se necesitaba vacunar al 66% de la población para alcanzar la inmunidad de rebaño. Pero es probable que se necesite una cantidad mayor de personas vacunadas ya que circulan variantes del coronavirus que tienen una mayor transmisibilidad que el coronavirus original que dio lugar a la pandemia”.

Según los expertos, la inmunidad de grupo depende en gran medida de la capacidad de transmisión del virus (factor R0). La doctora Ángela Domínguez, coordinadora del Grupo de Trabajo sobre Vacunación de la Sociedad Española de Epidemiología explicó que al principio de la pandemia el factor R0 del coronavirus era de 2 o 3 (1 persona infecta a 2 o 3 individuos), pero se ha visto que puede ser de 6 o de 8. “Así, si por ejemplo aplicamos un R0 de 6 (1 persona infecta a 6 individuos), necesitamos que el 83% de la población esté inmunizada. Dado que la vacuna no tiene una efectividad del 100%, sino del 80 o 85%, necesitaríamos a un 97% de la población inmunizada, ya sea mediante la vacuna o por infección natural. Es decir, a ese 97% habría que quitarle el porcentaje de población que ha pasado el COVID-19 y que es inmune. Pero todavía hoy seguimos sin saber cuánto dura esa inmunidad. No lo sabemos, ni para los que han pasado la infección ni para las personas vacunadas”.

De hecho, un estudio publicado esta semana en Science que ha analizado la posibilidad de infección y la capacidad de protección frente al coronavirus de las vacunas de Moderna, Pfizer, Janssen entre 780.225 personas mostraba que la protección contra el Covid-19 disminuye para todos los tipos de vacunas: del 87,9% en febrero al 48,1% en octubre de 2021. El problema, continúa Domínguez, es que los modelos de inmunidad de grupo se hacen sobre la base de que la inmunidad es de por vida, como con la viruela o sarampión, o que el virus no cambia. Y en este caso no parece que se den estas dos situaciones.

“La conclusión es que no hay una cifra mágica. Siempre tendremos que considerar estas dos variables: R0 y la efectividad de la vacuna. La inmunidad de grupo es algo que puede ayudar, pero no es una garantía. Más que hablar de la inmunidad grupo hay que continuar con la vacunación y las medidas de control. De esta manera haremos que la transmisión sea lo más baja posible y podremos valorar si es necesario una tercera dosis o no”, enfatiza Domínguez.

El vicepresidente de la Sociedad Latinoamericana de Infectología Pediátrica, el doctor Roberto Debbag, comentó a Infobae: “No hay modelos matemáticos específicos pero con las variantes anteriores a Delta se hablaba de inmunidad comunitaria del alrededor del 70 %. Pero ahora con Delta, se estima que la inmunidad de rebaño por vacunación se alcanzaría cuando el 80% de la población argentina ya tenga las dos dosis”.

Y señaló que el porcentaje necesario de población vacunada para la inmunidad de rebaño también se aumentó en países desarrollados. “Hoy la pandemia en países donde la tasa de vacunación completa supera el 60% ya tienen nueva ola pandémica. Es la llamada pandemia de los no vacunados”, afirmó.

Además de completar las segundas dosis a toda la población, muchos gobiernos comenzaron a aplicar una tercera dosis de refuerzo que se está administrando a grupos de alto riesgo. Y todavía esperan las pruebas para saber si será necesaria una tercera dosis (o una dosis anual) para todos.

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