Esta semana quedan saldadas todas las cuentas. El régimen barrerá en sus elecciones del 21 de noviembre próximo y surgirá un nuevo chavismo, el perfectamente depurado del que se servirá en esta otra etapa el madurismo capitaneado por Cilia Flores y los hermanos Rodríguez. Nicolás sólo le contenta los placeres del poder y preparar a su hijo para que lo suceda, como si eso fuera soplar y hace botella, como dirían en mi pueblo. Una revisión de las listas por cada entidad federal y municipal, revelará el estado de la causa. La pana Erika Faría volverá al gabinete, después de destruir otra vez a Caracas, asegurándose las concesiones del casco histórico para las cafeterías y aines de carácter “turístico”, y se quedatá en la alcaldía la utility Carmen Meléndez, una agente cubana que pondrá más carácter frente al jefe de gobierno el Distrito Capital. Al año y tanto, se fastidiará y la agente volverá a un ministerio clave. A la hora de cualquier emergencia, es la sustituta de Padrino López como ministra “civil” de la Defensa o, lo que es igual, ministra de lo que queda de la FAN.
En el departamento de los alacranes, habrá cambios. Cada quien seguirá en los puestos ya conquistados, recibiendo sus prebendas, pero otros serán los protagonistas, porque buscan un mayor talento histriónico. Por cierto, a los diputados alacranes del club de Jorgito, se les notan las costuras de su entreguismo y de sus temores. ¿Por qué no ensayar con un gobernadorcito al que se le dé ínfulas de líder opositor y, de una vez, se ponga a pelear con Capriles por la candidatura presidencial de 2024, repitiendo enfermizamente la escena. En el departamento todo cambio es facial, es fashion.
De nuevo, este domingo próximo, se pondrá en evidencia unas elecciones trapicheras, trampeadas, de utilería, como todos sus candidatos. Esta es la verdad que no podrán ocultarle al ciudadano común tan agobiado y golpeado. Ni a los jóvenes podrán mterle la coba.