El italiano Alex Schwazer, campeón olímpico de marcha en Pekín 2008, reconoció en un libro publicado este martes que durante su carrera se convirtió en un “adicto al dopaje” y que solía viajar a Turquía, mintiendo a su novia Carolina Kostner, para que se le inyectaran sustancias prohibidas.
En el libro, titulado “Después de la línea de meta” y publicado por “Feltrinelli”, Schwazer asegura que no se trata “de las confesiones de un diablo ni de la apología de un angel” y que “quienes quieran leer la biografía de un hombres sin pecados” tienen que elegir “otra”.
“Innsbruck-Viena, Viena-Antalya. A Carolina Kostner y a mis padres les decía que me iba a Roma, a la FIDAL (Federación de Atletismo Italiana). Dejaba mi móvil encendido incluso por la noche, para evitar que se oyera un mensaje de la compañía telefónica turca”, se lee en un capítulo del libro, de 240 páginas.
“Razonaba como un adicto y estaba listo para mentir, porque doparse significa también mentir”, agrega.
El ya exatleta cuenta, además, cómo conoció a Kostner, patinadora artística sobre hielo, ganadora del bronce en los Juegos de Sochi y confiesa que en ella veía “la misma soledad” que él sentía personalmente.
Schwazer había sido sancionado con ocho años de suspensión por dopaje en 2016, justo antes de los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro, por haber dado positivo de testosterona en un control sorpresa realizado en enero de 2016.
La sanción le impedía participar en los Juegos de Tokio 2020, pues la sanción de ocho años impuesta por el Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS), y ratificada en mayo de 2020 por el Tribunal Federal de Lausana (ambas audiencias, suizas), prolongaba su suspensión deportiva hasta 2024, cuando Schwazer cumplirá 39 años.
Con anterioridad a su sanción en 2016, el atleta ya había sido suspendido con 3 años y 9 meses en 2012 por haber tomado sustancias prohibidas en la víspera de los Juegos Olímpicos de Londres y había vuelto a las competiciones en abril de 2016 en el Mundial de marcha disputado en Roma, en el que ganó con autoridad.
En febrero de 2021, el juez de instrucción del Tribunal de Bolzano Walter Pelino archivó el caso por “no haber cometido el hecho” y acusó a la Agencia Mundial Antidopaje (WADA) y a la Asociación Internacional de Federaciones de Atletismo (IAAF) de “producir declaraciones falsas” contra el marchador.
La sentencia recogió que las pruebas de orina de Schwazer “se alteraron con el fin de hacerlas positivas y, por tanto, descalificar y desacreditar al deportista, así como a su entrenador Sandro Donati”.
Según el juez, las pruebas se modificaron “en cualquier momento en Stuttgart o Colonia (Alemania), donde se ha demostrado que había tubos de ensayo sin sellar, fácilmente manipulables”.
Sin embargo, dicha sentencia del Tribunal italiano no fue aceptada por la WADA ni por la justicia internacional.
EFE