El FBI reconoció por primera vez el pasado miércoles que alguno de sus agentes puede haber presentado los síntomas del Síndrome de La Habana. Esta enfermedad se detectó por primera vez en Cuba entre los años 2016 y 2017. Aunque Estados Unidos no tiene evidencia suficiente para apuntar a un culpable, varios informes internos apuntan como principal sospechoso a Rusia. Así lo reseñó 20Minutos.
Unos 200 empleados de la embajada estadounidense de la isla y sus familiares presentaron mareos, desequilibrio, pérdida auditiva, ansiedad y algo que describen como “niebla cognitiva”.
En 2018, un estudio académico publicado en the Journal of the American Medical Association, encontró “anomalías cerebrales” en las personas que habían sufrido estos síntomas. Las personas afectadas reportan jaquecas, mareos, náuseas y otros síntomas congruentes con las lesiones cerebrales traumáticas.
Los investigadores han propuesto diferentes teorías para explicar estos síntomas, ya que nunca habían visto un cuadro clínico similar en la literatura médica previa, según la National Academies of Sciences (la academia científica colectiva nacional de los Estados Unidos).
Rusia, el principal sospechoso
Entre otras posibilidades, los médicos y científicos estudian si esta nueva enfermedad se debe a la exposición a microondas u otras formas de energía dirigida, entre ellas herramientas de vigilancia o artefactos diseñados para causar lesiones. Esta teoría encajaría con las declaraciones de algunos de los damnificados que aseguraron haber escuchado un sonido extraño antes de enfermar.
Aunque el origen y el responsable de estos síntomas aún no se ha identificado públicamente, la NBC News anunció en 2018 que los servicios de inteligencia estadounidenses consideraban a Rusia el principal sospechoso en lo que alguno de ellos, aseguran, fue un “ataque deliberado” contra diplomáticos y oficiales de la CIA en el extranjero. Esta versión fue ampliamente apoyada por el entonces presidente Donald Trump.
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