María contaba con apenas 16 años cuando empezó a salir con el chico que trataría de matarla. “Los primeros meses fueron bien, pero enseguida empezó a dar señales de ser muy celoso”, cuenta en la entrevista que este lunes le ha hecho ‘Espejo Público’, en el marco de la lucha contra la violencia machista. Así lo reseñó Antena3.
Su caso es especialmente duro porque cuando solo tenía 18 años su pareja le asestó 27 puñaladas que han dejado en su vientre una enorme cicatriz que le cruza el torso de arriba abajo.
La primera paliza llegó después de que el joven viese en el móvil de María algo “que no le gustó”. Acto seguido empezó a pegarle, la tiró al suelo y la arrastró por toda la casa. Cuando la joven logró que su entonces novio se calmara, le dijo que se fuese de casa.
El chico le dio cita en un parque cercano horas después para pedirle perdón. “Apareció con un bote de pastilla y dijo que si daba por terminada la relación, se suicidaría. Me dijo que sin mí no podía vivir”, recuerda.
“Me hacía chantaje emocional cada vez que me pegaba y yo siempre acababa accediendo a volver con él”, explica. Los motivos que desataban la ira de su expareja podían ser varios: “la ropa que llevaba, las personas con las que quedaba…”.
Las palizas se sucedieron durante dos años, hasta que fue más lejos que nunca e intentó asesinarla. “Nunca se lo conté a nadie, porque no tenía valor para decirle a mi familia lo que me estaban haciendo”.
María cuenta que, de hecho, llegó a temer que su pareja agrediese a mi madre. “Tenía miedo de que fuese al trabajo de mi madre o que agrediese a mis amigos, a mi entorno”.
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