La historia del niño de seis años que se hizo VIRAL por jugar fútbol con chupón

La historia del niño de seis años que se hizo VIRAL por jugar fútbol con chupón

“Chupete” encara en la categoría 2015 de Argentinos Juniors, ante Vélez. | Foto: Infobae

 

Las redes sociales se enternecieron con las imágenes viralizadas de Ulises Joaquín Cáceres Martínez, un niño de 6 años que se hizo famoso por jugar al fútbol con chupete. Sí, el purrete que lleva la número 10 de la categoría 2015 de Argentinos Juniors, al que los shorts le tapan las rodillas y la camiseta casi le llega hasta las muñecas, no puede quitarse el vicio del mordillo incluso dentro de la cancha. Y, obviamente, ya adoptó el apodo “Chupete”.

Por Federico Cristofanelli / Infobae





Infobae dialogó con Ariel, su papá, que contó detalles de su particular hábito. “El chupete es fundamental para él. Sin el chupete no está tranquilo, no duerme… Como le dije al Profe de Argentinos, con el chupete juega mejor”, dice su padre de 26 años, que desde hace dos años y medio limpia pasillos en el nudo 10 del Barrio Ejército de los Andes, conocido popularmente como Fuerte Apache, junto a su hermano. Se la rebusca con esa changa tres veces por semana y por la noche cobran por la limpieza del lugar.

Su prometida, Jorgelina, trabaja en una fábrica de envases de perfume y ayuda a parar la olla todos los días con su sueldo: “Con lo poco que cobramos podemos comer. Siempre decimos que mientras tengamos para comer y llevar a los chicos al club, nos conformamos. Hay días que tenemos y días que no. A veces vamos con las botellitas de agua y sin carga en la Sube. A Ulises, cuando alguna vez no le pude comprar una empanada o tomar un helado, le expliqué que a veces hay y a veces no. Somos humildes y muy creyentes, hay un Dios grande que un día nos va a recompensar”.

Ariel y Jorgelina se juntaron hace 11 años y antes de Chupete concibieron a Adriel, que tiene 10 años y ataja en las infantiles de Vélez (lo apodan Chimpa y tiene como referente a Lucas Chaves, el arquero de Argentinos). Hace un año y cuatro meses tuvieron a Melody, la más chica de una numerosa familia en la que el fútbol reluce como principal pasión. Saben de memoria la historia de Carlos Tevez, surgido en el potrero del Fuerte, y hasta poseen vínculo directo con Thiago Almada, el crack de Vélez que es sobrino del cuñado de Ariel. Además, un abuelo de Melody jugó con Ramón Díaz en River, el club predilecto de los Cáceres Martínez.

Para retomar el hilo del mini personaje en cuestión, es válido repasar que empezó dando sus primeras patadas a la redonda cuando tenía 2 años y medio en el club Santa Clara, donde todavía juega al baby fútbol al igual que su hermano . Allí contó con un padre futbolístico como el profesor Walter, alias Mascherano, que completó el don de Ulises para el fútbol con los valores de respeto, humildad y compañerismo. Y desde hace un tiempo empezó a mechar su gusto por su deporte predilecto en la Liga Metropolitana A y B del Bicho de La Paternal.

Patea con la derecha, pero usa las dos. En cancha chica se pone la número 21 y en la grande le gusta la 9, aunque le dan la 10 y generalmente lo hacen jugar suelto en el ataque. Va rotando y experimentando: fue probado de lateral derecho y como extremo. “Tiene mucha energía, va y viene todo el tiempo. Y cuando la agarra en mitad de cancha, le da para adelante”, contó su papá, que otra vez detalló la debilidad por el chupete. “Antes usaba un collar en el que tenía 5 ó 6. Tiene un chupete abajo de la cama, otro en la cocina; por toda la casa hay. Sabemos que no lo recomiendan, por los dientes y el paladar, e intentamos sacárselo, pero no dormía, se la pasaba toda la madrugada despierto y tampoco comía”, explicó.

En un primer momento, los entrenadores de Argentinos le recomendaron que no se entrenara y jugara con el chupón en la boca por temor a recibir algún pelotazo o que se lastimara en alguna caída, pero fue su propio padre el que los alentó a que lo habilitaran a usarlo mientras jugaba porque así se sentía más cómodo. “No tiene vergüenza para nada de usarlo”, aseguró Ariel, que acompaña a sus dos hijos a las prácticas y partidos.

Coordina la actividad escolar matutina con los entrenamientos vespertinos de uno y otro. Lunes, miércoles y viernes son los días de ejercitación; sábados y domingos tocan los partidos, lo que más le gusta a Ulises. “A los padres que tienen chicos como yo a los que les gusta el fútbol les digo que no bajen los brazos, que los lleven a entrenar si son felices con eso. El fútbol es lo más lindo”, expresó. A esta rutina semanal nunca le faltan las comidas de la abuela Silvia, que con sus magníficos guisos les aporta a sus nietos las energías para que rindan en la cancha.

“El sueño de Ulises y Adriel es llegar a Primera. Siempre hablan de que se van a enfrentar y también de jugar juntos. Se desafían: uno dice que le va a hacer un gol y el otro que le va a atajar todo. Lo más importante para mí es que tengan en su cabeza la idea de divertirse”, relató su padre. Chupete recién ahora empezó a mirar más fútbol, pero lo que más le gusta es ver videos con los goles de Messi. Con tanto entrenamiento se domesticó, pero antes solamente quería jugar partidos, nada de esquivar conitos o trotar por alrededor de la cancha. Su faceta preferida es la de goleador y pasta no le falta…

“Somos una familia muy humilde y respetuosa. Lo primero y principal para nosotros es eso y el colegio. El sueño de mis hijos es llegar a Primera y ayudar a la gente que más necesita. Eso les enseñamos. Si lo pueden cumplir sería buenísimo y, si no, los acompañaremos en lo que quieran hacer”, concluyó Ariel.