“¿Un paraíso perdido?”.
Esa era la pregunta en la portada de la revista estadounidense TIME en su edición del 23 de noviembre de 1981, hace 40 años. El paraíso al que se refería la revista era el sur de Florida y lo calificaba como “perdido” a causa de la coyuntura sangrienta que padecían Miami y sus alrededores.
Por BBC Mundo
621 personas murieron violentamente ese año, la cifra de homicidios más alta en la historia de la ciudad, y los medios reportaban sobre ellos de manera explícita.
Una mujer muerta a balazos en una calle de Miami, la vena yugular de un hombre cercenada con un cuchillo, un cuerpo rodante sobre una autopista tras ser empujado desde un carro en marcha, un niño de 4 años baleado mientras caminaba tomado de la mano de su madre.
Los muertos eran tantos que la oficina forense de la ciudad tuvo que alquilar (por segundo año consecutivo) un camión congelador para almacenar los cadáveres.
“La tasa de asesinatos era abrumadora y el departamento de policía no lograba mantenerse al día con la limpieza de los homicidios”, le dice a BBC Mundo el escritor y periodista Roben Farzad, autor del libro Hotel Scarface: Where Cocaine Cowboys Partied and Plotted to Control Miami (“Hotel Scarface: donde los jinetes de la cocaína iban de fiesta y conspiraban para controlar Miami”, en su traducción literal al español).
“Un policía lo comparó con empujar arena contra la marea”, agrega el autor, explicando que la degradación de la violencia derivada del narcotráfico en Miami, manejado principalmente por colombianos, intimidaba a los testigos y familiares de las víctimas.
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