En un podcast para Apple, el duque de Cambridge dio a conocer que cuando era piloto de helicóptero para el servicio de ambulancia aérea salvó la vida de un niño que había sido atropellado. “Hay algunas cosas en la vida que no quieres ver”, dijo
Por Infobae
El príncipe William, de 39 años, decidió compartir uno de los momentos más duros de su vida: padeció una profunda depresión después de presenciar las secuelas de un devastador accidente. Su crisis de salud mental se produjo después de que ayudó a salvar la vida de un niño gravemente herido solo unos años mayor que su hijo, el príncipe George, mientras trabajaba como piloto de helicóptero para el servicio de ambulancia aérea.
El futuro rey de Inglaterra ha participado en el podcast Time to Walk, de Apple Music, que estará disponible el lunes. A petición del duque de Cambridge, este episodio estará disponible de forma gratuita sin la necesidad de una suscripción. El audio se grabó durante una caminata de William entre la iglesia de Santa María Magdalena en Sandringham y su residencia en Anmer Hall, en Norfolk. Es la ruta que normalmente toma con su familia el día de Navidad.
“Con la esperanza de inspirar a otras personas a ponerse activas y tomarse un tiempo extra para su propia salud mental, quería compartir algunas de mis historias y canciones favoritas con ustedes en un episodio de Time to Walk”, compartió William en su cuenta de Instagram.
Por el episodio, Apple ha hecho una donación a tres organizaciones benéficas elegidas por William: Shout en el Reino Unido, Crisis Text Line en EEUU y Lifeline en Australia.
Aunque el nieto de Isabel II no señala abiertamente el caso concreto del que habla, los medios británicos indican que habla de cuando logró salvar la vida de un niño llamado Bobby Hughes, solo unos años mayor que su hijo George, que fue gravemente herido.
Bobby Hughes tenía cinco años cuando un conductor inexperto lo atropelló mientras jugaba con amigos fuera de su casa en Saffron Walden, Essex, en marzo de 2017. El conductor pisó accidentalmente el acelerador en lugar del freno cuando vio a Bobby en la carretera.
William, que era parte del equipo de ambulancia aérea que estuvo en el lugar, recuerda cómo tuvo que tratar con los “padres histéricos” de Bobby y cómo se vio afectado por la experiencia. Su equipo trasladó al niño, que sufrió daño cerebral, al hospital.
En el podcast, William describe cómo se vio profundamente afectado por lo que experimentó ese día. Fue “como si alguien hubiera puesto una llave en una cerradura y la hubiera abierto sin que yo diera permiso para hacerlo. Simplemente sientes el dolor de todos, el sufrimiento de todos. Y ese no soy yo. Nunca antes había sentido eso”.
Semanas después, su dolor se intensificó. “Sentí que el mundo entero se estaba muriendo”, recuerda. El hijo del príncipe Carlos se recuperó hablando con sus colegas y tratando de ayudar a la familia del niño.
Los padres del niño han hablado del extraordinario “amor y apoyo” que el heredero de la corona británica les ha brindado a lo largo del tiempo.
El príncipe se ha mantenido en contacto con Bobby, que ahora tiene diez años, y su familia, a lo largo de los años. Ese día les dijo a sus padres que “no dudaran” en pedirle cualquier cosa que pudiera hacer para apoyar la rehabilitación de Bobby, y lo cumplió.
“Es increíble, tiene un corazón amable. Es un hombre encantador, asombroso. Me enorgullecerá llamarlo mi rey algún día”, declaró la madre del niño, Carly Hughes, de 40 años, al tabloide Daily Mail.
En la víspera de la boda del príncipe Harry, en mayo de 2018, William incluso encontró tiempo para entretener a Bobby, Carly y su esposo Jeff, de 44 años, en la sede de East Anglian Air Ambulance en Cambridge.
Tres semanas después del accidente, William les escribió a los Hughes, quienes dejaron sus trabajos para cuidar a su hijo, diciendo que quería que supieran que estaba pensando en ellos. Les escribió: “Como padre, puedo entender el dolor, pero su hijo está en las mejores manos, está siendo tratado por gente fantástica… Estoy seguro de que mejorará”.
Al recordar el accidente, la madre del niño dijo que recordaba haber visto a su futuro rey en el hospital a donde habían llevado a Bobby y cómo la “conmoción y la angustia” se reflejaban en su rostro. Fueron horas muy duras. Los médicos les dijeron que su hijo tenía solo un cinco por ciento de posibilidades de sobrevivir. Pero, contra todo pronóstico, sobrevivió y comenzó a recuperarse.
Cuando sucedió el accidente, en marzo de 2017, los detalles que llegaron a la ambulancia aérea en la que estaba trabajando el príncipe como piloto fueron escasos. El equipo esperaba un caso de lesiones menores, pero se encontraron con que tenían que luchar por salvar la vida de un niño de cinco años gravemente herido después de ser atropellado por un automóvil. Lo cuenta el propio William en el podcast. “La llamada que recibimos era muy breve, no muy detallada. Así que esperábamos un caso menor pero inmediatamente quedó claro que el niño estaba en serias dificultades. Hay algunas cosas en la vida que no quieres ver”.
“Todo lo que nos importaba en ese momento era salvar a ese chico. Los padres estaban histéricos, como puedes imaginar, gritando, llorando, sin saber qué hacer, ya sabes, estaban en una verdadera agonía. Y eso se te queda, vive contigo… Me fui a casa esa noche con mucho malestar interior. No lloraba, pero por dentro sentí que algo había cambiado. Sentí una especie de tensión real dentro de mí. Y luego, al día siguiente, volviendo a trabajar, ya sabes, otro equipo. Pasamos al siguiente trabajo. Y no pude procesarlo”, detalla William.
El príncipe explica que no pudo hablarlo en ese momento. “Mi vida personal y todo estaba absolutamente bien. Era feliz en casa y feliz en el trabajo, pero seguía mirándome y decía: ‘¿Por qué me siento así? ¿Por qué me siento tan triste?’ Y comencé a darme cuenta de que, en realidad, te estás llevando a casa el trauma de la gente, la tristeza de la gente y te está afectando”, detalla.
William fue piloto en el servicio de ambulancia aérea de East Anglian entre marzo de 2015 y julio de 2017. Cuatro años después de salvarle la vida a Bobby, el duque de Cambridge reconoce que ese periodo de su vida lo ha marcado para siempre.