Ómicron es la variante del coronavirus que más mutaciones tiene, y por eso ha puesto al mundo en alerta.
Por BBC Mundo
Tiene cerca de 50 mutaciones respecto al virus original, de las cuales 26 son únicas de ella.
Desde que se detectó el 24 de noviembre en Sudáfrica, los científicos comenzaron una carrera contrarreloj para averiguar si ómicron (antes conocida como B.1.1.529) es más contagiosa, más letal o capaz de evadir el efecto de las vacunas.
Lo que hace complicada a esta tarea, sin embargo, no es la cantidad de mutaciones, ni las características de cada una de ellas.
“Si una variante tiene más mutaciones, eso no quiere decir que sea más peligrosa, más transmisible o que o tenga más capacidad de eludir el efecto de las vacunas”, le dice a BBC Mundo Ed Feil, profesor de evolución microbiana en la Universidad de Bath, en Reino Unido.
La clave para saber qué efectos tendrá la variante, dice el experto, está en entender de qué manera sus mutaciones interactúan entre sí.
A ese proceso se le llama epistasis (no confundir con epistaxis, que es un sangrado por la nariz).
Comprender cómo funciona la epistasis y qué consecuencias tiene, es un verdadero desafío para los científicos.
“Aunque entendamos el efecto de mutaciones individuales, eso no nos dice cómo se comportarán esas mutaciones cuando se unan entre ellas”, dice Feil.
¿En qué consiste la epistasis y por qué es fundamental en la lucha contra la pandemia de covid-19?
Interacción de mutaciones
A medida que un virus evoluciona puede acumular un grupo de mutaciones, que a su vez pueden conformar una variante.
Para detectar nuevas variantes, los científicos le siguen el rastro a la secuencia genómica del virus.
De esa manera identifican qué partes de su genoma van cambiando a medida que se transmite.
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