El jefe de frontera, Chris T. Clem, lanzaba la noticia a través de su cuenta de Twitter: «Los agentes detuvieron a un potencial terrorista que entró ilegalmente a Estados Unidos desde México el jueves por la noche. El inmigrante de 21 años, de Arabia Saudita, está vinculado a varios temas de interés yemeníes». Este responsable del sector Yuma de la patrulla fronteriza se encarga de una sección del desierto del mismo nombre situada en el suroeste de Estados Unidos y al noroeste de México. En la que se encuentra una de las desertificaciones más inhóspitas de América debido a una precipitación media de menos de 200mm al año. Y en donde son interceptados unos 400 migrantes de media al día.
Pese a que la detención del presunto terrorista se produjo el pasado jueves 16 de diciembre por la noche, no se dio conocer hasta el lunes a través de este discreto mensaje en redes sociales. Los medios de comunicación, tanto mexicanos como estadounidenses, aseguraron en un primer momento que se trataba de un ciudadano saudita. Sin embargo, la Embajada de Arabia Saudí en Estados Unidos ha salido al paso, confirmando once horas después que el sujeto no procede de este país musulmán, entretanto seguirían colaborando con el Gobierno de Biden y presentarán «cualquier hecho sobre este asunto».
El sospechoso portaba un uniforme oficial de voluntario médico. Una vestimenta en la que además de las bandas reflectantes típicas destacaba una bandera de Estados Unidos y un parche del Condado de Oneida, perteneciente al estado de Nueva York. La Cámara Alta de Arizona felicitó a la patrulla fronteriza encargada del arresto ya que fue en este estado donde se produjo el apresamiento del delincuente. Karen Fann, presidenta del Senado de Arizona y perteneciente al Partido Republicano, tachó la noticia de «inquietante», pero llegó a afirmar que no la consideraba “sorprendente”.
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