En el mundo, ya se registraron más de 276 millones de personas con el diagnóstico de la enfermedad COVID-19. Hubo más de 5,3 millones de fallecidos. Tras su propagación por el mundo, fueron cambiando también las variantes del coronavirus que han afectado a esas personas. Algunos de ellas dieron lugar a variantes de preocupación por su mayor transmisibilidad o por la posibilidad de que aumenten el riesgo de reinfección o bajen el nivel de protección de las vacunas.
Por Infobae
La última mutación, Ómicron, consiguió propagarse por el mundo mucho más rápido que las anteriores, y los expertos en epidemiología y virología intentan explicar qué tiene que hacer la humanidad para evitar que haya más variantes de preocupación y que se alcance el fin de la pandemia.
Ya la variante Ómicron fue detectada en muestras de pacientes con COVID-19 en 110 países. Lo que preocupa es que los casos de COVID-19 por esa mutación se duplican en las comunidades en dos o tres días en promedio, según la Organización Mundial de la Salud. En la provincia de Córdoba, Argentina, donde se detectaron brotes con esa variante, hubo un 1.359% de aumento de casos durante los últimos quince días. En ciudad de Buenos Aires, se registró una suba del 225% de los casos en el mismo período.
Por otra parte, el número de casos de COVID-19 que se reportan semanalmente está bajando en una de las provincias sudafricanas donde la variante fue detectada primero. También los datos procedentes de brotes en Sudáfrica, Reino Unido y Dinamarca parecen sugerir un menor riesgo de hospitalización en pacientes que contraen la variante Ómicron en comparación con Delta, aunque la agencia sanitaria de Naciones Unidas aclaró que está tomando esos datos con cautela.
Mientras el mundo enfrenta la transmisión de Ómicron, hay expertos que estudian cuáles son las mejores formas de evitar que surjan otras variantes que puedan extender aún más el tiempo de duración de la pandemia. Consultado por Infobae el doctor Víctor Romanowski, vicepresidente de la Sociedad Argentina de Virología e investigador del Conicet, afirmó: “Ante el riesgo de emergencia de más variantes de preocupación, hoy es urgente que haya una distribución amplia y equitativa de las vacunas contra el COVID-19 a nivel global. La aplicación del esquema completo debería alcanzar al menos al 90% de la población, y se debería incluir a las niñas y niños”.
En este momento, “los países ricos deberían aportar dosis de vacuna. Y no lo digo apelando a un sentido extraordinario de solidaridad con los países más pobres sino por una consideración egoísta de protección frente a una pandemia. El coronavirus seguirá acechando también a los países ricos si no se minimiza su circulación en todos los rincones del planeta y esto se logra con la vacunación”, dijo el experto.
Hasta el momento se vacunó con al menos una dosis el 57,4% de la humanidad. Pero en los países de bajos ingresos solo el 8,3% de la población tuvo acceso a una dosis de vacuna contra el COVID-19.
“Es necesario también que la población cumpla con las medidas de prevención, como el uso del barbijo, la ventilación, el distanciamiento, y evitar reuniones en lugares cerrados. Por ahora ha sido difícil que la gente siga las medidas de manera sostenida. Por esto, si la vacunación está disponible, se torna una herramienta para el control de la pandemia”, explicó el doctor Romanowski.
Además, el experto consideró que en este momento de la pandemia se debería promover el uso del pase sanitario en las ciudades. Permite que las personas completamente vacunadas accedan a la participación en actividades sociales, culturales o deportivas. Mientras que evita que las personas no vacunadas vayan a esos lugares y propaguen el coronavirus.
En el mundo, se prevé un aumento de las infecciones por COVID-19 por el impacto de Ómicron. “En los próximos 2 y 3 meses habrá tantas infecciones como en toda la pandemia hasta ahora”, dijo el viernes a Infobae Ali Mokdad, director de Estrategia de Salud de la Población del Instituto de Evaluación y Métricas de la Salud, en Seattle, Estados Unidos. “Es probable que se detecten menos infecciones porque una mayor fracción de los casos será asintomáticos. Alrededor del 90% frente al 40% de las variantes anteriores, y menos personas irán a hacerse los testeos. Por eso, no se registrarán sus infecciones”.
De acuerdo con el doctor Mokdad, también hay que “aumentar el ritmo de la vacunación” contra el COVID-19. También sugirió aumentar el uso de las mascarillas de alta calidad como KN95 y N95, y aumentar el número de personas que reciben una tercera dosis como refuerzo de la vacuna. “Como Ómicron se propaga y aumentará los casos de infectados, por la vacunación y las infecciones previas, es probable que para septiembre de 2022 la fase aguda de la pandemia haya terminado. El coronavirus podría seguir circulando como lo hace el virus de la gripe, pero con menor impacto. Sin embargo, también existe la posibilidad de que surja otra variante de preocupación, y ahí la pandemia podría extenderse”.
También la OMS ha advertido que el mundo está creando condiciones tóxicas para que surjan nuevas variantes de COVID-19 como Ómicron y se propaguen por todo el planeta. Es porque la combinación de una baja cobertura de vacunación en todo el planeta, mezclada con un nivel muy bajo de pruebas para rastrear el virus, era un caldo de cultivo fértil” para la emergencia de nuevas variantes de preocupación.
“Tenemos que utilizar las herramientas que ya tenemos para prevenir la transmisión y salvar vidas de Delta. Y si lo hacemos, también evitaremos la transmisión y salvaremos vidas de Ómicron”, dijo el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, en una conferencia de prensa. “Pero si los países y las personas no hacen lo necesario para detener la transmisión de Delta, tampoco detendrán Ómicron”, agregó. En este momento, en muchos países sigue predominando la variante Delta, mientras está avanzando Ómicron.
“A nivel mundial, tenemos una mezcla tóxica de baja cobertura de vacunas, y muy pocas pruebas – una receta para la reproducción y amplificación de variantes. Por eso seguimos instando a los países a que garanticen un acceso equitativo a las vacunas, las pruebas y la terapéutica en todo el mundo”, señaló la agencia sanitaria de Naciones Unidas.