El Tratado de No Proliferación Nuclear (TNP), firmado hace medio siglo, impidió que el arma atómica se extendiera por el mundo pero su éxito está amenazado por el deseo de las grandes potencias de conservarla y por la salida de Estados Unidos en 2015 del acuerdo nuclear con Irán.
El TNP, que entró en vigor en 1970 por 25 años y se prorrogó indefinidamente en 1995 con una revisión programada cada cinco años, se basa en un inteligente compromiso: promueve el desarme nuclear a cambio de la cooperación internacional en el uso civil de la energía nuclear.
– Cooperación internacional –
Un total de 191 Estados ratificaron el tratado, incluido Irán y las cinco grandes potencias nucleares, los miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU: Estados Unidos, el Reino Unido, Rusia, China y Francia.
El TNP compromete a los cinco poseedores oficiales de la bomba atómica a no transferir tecnología nuclear a otros países, y prohíbe a las naciones no dotadas de armas atómicas adquirirlas o fabricarlas.
A cambio, las potencias nucleares les transfieren tecnología de producción de electricidad nuclear.
Algunas naciones renunciaron a su programa nuclear militar, como Suecia (1968), Suiza (1969), Sudáfrica (1991) y las exrepúblicas de la URSS.
Otro éxito del tratado: permitió limitar la carrera armamentística durante la Guerra Fría y ofreció un marco para iniciar el desarme de los dos grandes enemigos de la época.
Desde los años 1960, el arsenal nuclear mundial, esencialmente en poder de Washington y Moscú, ha caído un 85%, pasando de 70.000 cabezas nucleares a menos de 15.000.
El TNP no ha logrado impedir sin embargo la emergencia de nuevas potencias atómicas. Cuatro Estados se han dotado del arma nuclear desde el nacimiento del tratado: India, Pakistán e Israel, que nunca firmaron el texto, y Corea del Norte, que abandonó el TNP en 2003.
– Aspecto disuasorio –
Una nueva salida del TNP pondría en peligro el acuerdo, advierten expertos, mientras que los países occidentales sospechan que Irán trata de adquirir la bomba atómica.
Otra limitación del tratado es el deterioro de la situación de seguridad mundial, que hace que todos los países se aferren a su arsenal nuclear por su aspecto disuasorio.
Mientras las negociaciones sobre el desarme están en un punto muerto entre Rusia y Estados Unidos, el conjunto de países que tienen la bomba atómica “desarrollan o desplegan todos nuevos sistemas de armas nucleares, o han anunciado su intención de hacerlo”, señaló en 2018 el Instituto Internacional de Estudios para la Paz de Estocolmo.
El lunes, Estados Unidos, China, Rusia, el Reino Unido y Francia se comprometieron sin embargo a “evitar la proliferación” de armas nucleares, en una declaración conjunta antes de la 10ª conferencia de examen del Tratado de No Proliferación.
“Afirmamos que no se puede ganar una guerra nuclear y que nunca debe librarse”, señalaron los cinco países firmantes, recalcando que “mientras existan [las armas nucleares], deben utilizarse con fines defensivos, de disuasión y de prevención de la guerra”.
El 22 de enero de 2021 entró en vigor otro tratado, el de la prohibición de las armas nucleares (TIAN) pero su alcance sigue siendo limitado.
Entre el medio centenar de firmantes no está ninguno de los que tienen armas nucleares. Sin embargo, los activistas proabolición esperan que el TIAN los estigmatice y les obligue a cambiar de mentalidad.
AFP