La ola de contagios de COVID asociada al auge de la variante ómicron continúa creciendo a un ritmo nunca antes visto en la pandemia, con un aumento del 70 % de los casos en el mundo la semana pasada, aunque al mismo tiempo las muertes siguen bajando, según informó hoy la Organización Mundial de la Salud (OMS).
La semana pasada se registraron 41.000 muertes por COVID en el planeta, un 10 % menos que en los siete días anteriores, y se trata de la cuarta semana consecutiva de descensos en ese indicador, pese a que en regiones como América los contagios se duplicaron en el periodo estudiado, de acuerdo con el último informe epidemiológico.
Las cifras invitan a confiar en que la pandemia evolucione a formas menos letales, aunque el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, insistió en su primera rueda de prensa de 2022 en que sigue siendo prematuro concluir que la variante ómicron sea una nueva etapa más ligera del coronavirus.
“Aparenta ser menos grave que la delta, especialmente en personas vacunadas, pero no hay que categorizarla como ‘leve’, porque también está causando hospitalizaciones y está matando”, advirtió el experto etíope, tras recordar que muchos sistemas sanitarios en el mundo están saturados en el actual “tsunami de contagios”.
¿ÓMICRON SERÁ LA ÚLTIMA VARIANTE?
El director del organismo para Emergencias Sanitarias, Mike Ryan, añadió en la misma rueda de prensa que la creciente opinión de que la variante ómicron podría ser la última de la pandemia, ya que podría inmunizar a ese importante porcentaje de la población que se está contagiando, es excesivamente optimista.
“Es hacerse ilusiones, porque también hubo altos niveles de transmisión con anteriores variantes”, advirtió el experto irlandés, quien recordó que otras previsiones similares acabaron resultando erróneas, como la de que la “versión delta” iba a ser el culmen de la evolución del coronavirus.
“Este virus sigue teniendo mucha energía, y mientras millones de personas sigan sin estar vacunadas todavía hay muchas oportunidades para que se expanda y genere nuevas variantes”, señaló, mientras que la jefa de la unidad anticovid de la OMS, Maria Van Kerkhove, opinó que es “muy poco probable que ómicron sea la última variante”.
Los expertos de la OMS insistieron en que sigue siendo crucial extender la vacunación, pese a que las vacunas hayan perdido su poder de neutralización ante la variante ómicron y muchas personas vacunadas se estén contagiado de COVID-19 en la actual oleada de casos.
Las vacunas “siguen siendo muy efectivas para evitar formas graves de la enfermedad y reducir los fallecimientos” frente a todas las variantes conocidas del coronavirus causante de la COVID-19, aseguró Van Kerkhove.
CAUTO OPTIMISMO ANTE 2022 PESE AL TSUNAMI INICIAL
En el año que comienza, insiste la OMS, puede lograrse poner fin a la fase aguda de la pandemia, pese a los records diarios de contagios actuales, que ya han superado la barrera de los dos millones de nuevos casos globales por jornada.
Con el fin de acabar con esa fase aguda, Tedros insistió en que el objetivo debe ser conseguir que el 70 % de la población de todos los países esté vacunada, aunque advirtió de que al actual ritmo más de un centenar de territorios no alcanzarán esa meta, de la misma forma que a finales del 2021 no se logró el objetivo del 40 %.
“La desigualdad en las vacunas mata personas, destruye trabajos y perjudica la recuperación económica global”, afirmó Tedros, quien lamentó que “algunos países estén ya dando a sus ciudadanos una cuarta dosis mientras otros no tienen suministros suficientes para inmunizar a sus trabajadores sanitarios y grupos de riesgo”.
“Distribuir vacunas y más vacunas de refuerzo en un pequeño número de países no acabará con la pandemia mientras otros miles de millones de personas sigan completamente desprotegidas”, alertó el máximo responsable de la OMS. EFE