Empezamos un nuevo año donde la vocería oficial habla de recuperación económica, sostenida en los números mostrados por distintos sectores de la economía, destacándose el petrolero, parte del comercial y la actividad turística nacional.
La dolarización de la economía a permitido recuperar el abastecimiento de buena parte del consumo nacional, sostenido principalmente por las importaciones al estás cubrir las desmejoras observadas en buena parte de los sectores productivos nacionales, los cuales a pesar del aumento observado en algunos rubros, siguen en sus mínimos históricos de los últimos 60 años.
Todo crecimiento económico tiene que venir con la creación de fuentes de trabajo y mejoras salariales, con lo cual se impulsa el consumo al obtener las familias mejoras en sus ingresos. Todavía los números no muestran aumento significativo del empleo, salvo el observado con la actividad comercial navideña pero ya pasada esta, la gran mayoría cesa en sus funciones. La informalidad se ha convertido en la principal actividad laboral, ejercida incluso por jubilados y parte de los que tienen empleos formales como medio para obtener ingresos adicionales para cubrir las necesidades del consumo familiar.
El conglomerado empresarial público luce estancado, sobre todo en lograr metas de producción que permitan recuperar la cantidad y calidad de productos esenciales para el consumo nacional. Su caída a niveles de hasta menos del 20 % de los logrados hace 20 años, ejemplo: las empresas básicas, cemento, petroquímica, etc. entre otras. Afecta no solo el consumo nacional sino a parte del sector privado que depende del suministro de sus productos, teniendo que importar las fallas con sus efectos en el empleo y precios.
Lo cual hace evidente que no se lograran metas significativas de crecimiento económico, sino se llevan adelante políticas públicas que permitan el aumento de la producción y el destrabamiento de la actividad privada, al observar a buena parte de ella limitada por el excesivo control oficial, lo cual se demuestra en los requerimientos necesarios para realizar sus actividades así como la creciente voracidad fiscal nacional y municipal. Todo lo cual conduce a que dos terceras partes de la actividad económica es informal, esta no se encuentra dependiente de controles, permisos o cargas impositivas.
Todavía no se respeta la propiedad privada y continúan las invasiones, así como el abandono de las empresas y tierras ocupadas que eran privadas, sin que se observe la disposición de revertir estas propiedades no canceladas a sus legítimos dueños. Lo cual hace evidente que sin rectificar la política de estatización de las empresas privadas no será posible la recuperación económica, aún con el crecimiento del sector petrolero y comercial importador.
Nota de Prensa