Un hombre sospechoso de provocar el incendio del pasado día 2 que arrasó el Parlamento de Sudáfrica fue acusado este martes de un delito de terrorismo, en una audiencia judicial en la que la Fiscalía reveló que padece esquizofrenia.
El sospechoso, Zandile Christmas Mafe (49 años), había sido detenido ese día y el 4 de enero compareció en el Tribunal de Primera Instancia de Ciudad del Cabo (suroeste), donde tiene la sede el Parlamento.
Mafe fue acusado entonces de cargos como posesión de explosivos, allanamiento, robo e incendio provocado en un lugar de importancia nacional, aunque se declaró inocente.
Sin embargo, la Fiscalía agregó hoy el cargo de contravenir la Ley de Protección de la Democracia Constitucional contra el Terrorismo y Actividades Relacionadas.
Según la acusación, Mafe “entregó, colocó, descargó o detonó ilegalmente un explosivo u otro dispositivo letal en, dentro o contra un lugar de uso público, una instalación estatal o gubernamental, a saber, el edificio del Parlamento, con el fin, entre otros, de causar daños importantes o destruir dicho lugar”.
El acusado compareció hoy por segunda vez ante el tribunal, donde el Ministerio Público reveló que éste se sometió a una evaluación psiquiátrica después de su arresto y los doctores concluyeron que padece esquizofrenia paranoide.
La Fiscalía quiere que Mafe sea examinado en el hospital psiquiátrico de Valkenberg, en Ciudad del Cabo, con el objetivo determinar su aptitud para ser juzgado.
Su abogado defensor, Dali Mpofu, uno de los letrados más conocidos de Sudáfrica, se quejó de haber sufrido una “emboscada” cuando tuvieron conocimiento de la evaluación psiquiátrica de su cliente.
“Esto es completamente inaceptable”, aseveró Mpofu, quien reclamó la libertad condicional para Mafe.
El abogado agregó que Mafe tenía la intención de iniciar una huelga de hambre si permanece bajo custodia más tiempo.
El tribunal fijó la siguiente audiencia para el próximo 11 de febrero y ordenó que el sospechoso siga detenido en un centro de atención psiquiátrica.
Los bomberos se retiraron del Parlamento de Sudáfrica la semana pasada, después de trabajar durante tres días para apagar el incendio.
Las autoridades informaron que, durante esos “tres días de batalla en contra del fuego”, el Gobierno desplegó en el Parlamento más “de 300 hombres y mujeres, se utilizaron 60 aparatos de extinción de incendios y dos equipos aéreos especializados”.
Una unidad policial de élite -conocida en Sudáfrica como Hawks (Halcones)- entró en los edificios dañados para “investigar las circunstancias en torno a este desafortunado y devastador incidente”.
Las autoridades creen que el fuego empezó en la “Antigua Asamblea”, cuya construcción terminó en 1884, para después extenderse al ala más nueva que aloja la actual Cámara Baja y sus oficinas.
Se están investigando también las circunstancias que provocaron que, por ejemplo, los sensores de incendios tardaran en responder y que tampoco funcionaran los aspersores porque la válvula del agua estaba cerrada, reveló la ministra de Obras Públicas e Infraestructuras sudafricana, Patricia de Lille.
Es el segundo incendio que sufre el recinto de la sede legislativa sudafricana en el último año, después del fuego de marzo de 2021, tras el cual se elaboró un informe de recomendaciones para mejorar las deficientes medidas de seguridad del edificio.
EFE