Ninguna variante del coronavirus como Ómicron se contagia con tanta rapidez y ha sorteado el escudo de las vacunas como esta. La nueva versión del virus también está poniendo a prueba los test de antígenos, que son el pilar de la estrategia de contención en la sexta ola. Ya se sabía que los autotest no eran infalibles contra el Covid. Y que su eficacia cambia según la marca comercial. Si el resultado es positivo, la seguridad del diagnóstico es casi del cien por cien, pero no es tan fiable cuando el resultado es negativo. Así lo reseñó ABC.
Los primeros estudios en la vida real revelan que los síntomas aparecen antes de que el test dé positivo. Eso significa que si alguien ha estado en contacto con algún infectado, empieza a tener síntomas (tos, dolor de garganta, molestias musculares …) y su prueba da negativa no debería confiarse.
Lo más probable es que esté contagiado y deba aislarse para no infectar a otras personas. El siguiente paso es repetirse el test uno o dos días después y comprobar si ha aflorado el positivo.
Las pruebas de antígenos, en cualquier caso, son altamente específicas, equiparables a la PCR en la detección de la infección en la primera semana tras el contagio. En la nasofaringe la mayor carga vírica se observa sobre todo en los primeros 5 a 7 días y después disminuye hasta su desaparición. Los falsos positivos en los test de antígeno son más frecuentes en cribados masivos en poblaciones con una prevalencia de infección baja. También pueden deberse a contaminación de la muestra.
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