El primer ministro australiano, Scott Morrison, expresó este domingo su satisfacción por el fallo judicial que confirmó la cancelación del visado y expulsión del país del tenista serbio Novak Djokovic, al justificar que la decisión responde al “interés público”.
“Esta decisión de anulación se adoptó por motivos de salud, seguridad y mantenimiento del orden, sobre la base de que era de interés público”, dijo en un comunicado Morrison, quien aplicó una de las políticas más duras del mundo contra la covid-19 y lucha contra un repunte de contagios a pesar de que la mayoría de los habitantes están vacunados.
El pleno del Tribunal Federal de Australia decidió de manera unánime este domingo, tras una vista virtual, que la cancelación del visado del tenista por parte del ministro de Inmigración, Alex Hawke, tiene base legal, y por tanto Djokovic será deportado.
Morrison expresó que su gobierno considera que la “fortaleza de las fronteras es fundamental para el estilo de vida australiano y el estado de derecho”.
Al agradecer al Tribunal por haber abordado este asunto y la paciencia de todos los implicados en la resolución del caso, el mandatario subrayó que “es hora de seguir el Abierto de Australia y volver a disfrutar del tenis durante el verano”.
En la misma línea de Morrison, el ministro de Inmigración recordó los “grandes sacrificios” que Australia hizo durante la pandemia y destacó las “sólidas” políticas de protección fronteriza, “lo que ha resultado en una de las tasas de mortalidad más bajas, las recuperaciones económicas más sólidas y las tasas de vacunación más altas del mundo”.
Djokovic viajó el 5 de enero a Melbourne con una exención médica por no estar vacunado, al haber estado contagiado de la covid-19 recientemente, aunque a su llegada las autoridades de Inmigración le cancelaron el visado y lo detuvieron hasta su liberación el pasado lunes por una orden judicial al considerar que no fue tratado con “equidad”.
El tenista fue detenido de nuevo este sábado después de la nueva cancelación de su visado y se encuentra aislado en el hotel Park de Melbourne antes de su deportación, de la que no ha trascendido cuándo sucederá.
EFE