Justo en plena crisis entre Rusia y Estados Unidos a cuenta de la posible invasión de Ucrania, el que fue jefe del espionaje venezolano hasta su defección en 2019 ha puesto en circulación un comunicado desde su exilio norteamericano para afirmar que el Kremlin ya opera cómodamente en América bajo el ala del chavismo con dos bases ya instaladas en territorio venezolano.
Por David Alandete / abc.es
Estas revelaciones, de alguien que al exiliarse comenzó a cooperar con el Gobierno de EE.UU., llegan apenas unos días después de que el propio Gobierno ruso advirtiera implícitamente de la posibilidad de un despliegue ruso en Caracas y La Habana apuntado a Washington como respuesta al creciente apoyo norteamericano al Gobierno ucraniano.
El general Manuel Cristopher Figuera dice en la misiva, de dos páginas, firmada el 16 de enero y distribuida a varios medios, que existen en Venezuela «la Base Militar Rusa creada dentro de la 41°Brigada Blindada en la ciudad de Valencia, estado Carabobo» y «la que está en Manzanares, estado Miranda, donde funciona la Base Militar Rusa de Exploración de Comunicaciones».
Añade este militar sobre estas instalaciones rusas que «su único objetivo es amenazar la seguridad nacional de EE.UU.». Hasta ahora varios medios, incluido este, habían revelado la presencia de uniformados rusos en Venezuela, reforzada después de que Juan Guaidó se proclamara presidente interino con el apoyo estadounidense en 2019.
El general venezolano dirigió entre octubre y abril de aquel año el Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (Sebin) y dispone de abundante información sobre la cúpula del chavismo y sus lazos con el régimen cubano. Tomó parte en el pronunciamiento del 30 de abril de 2019 para forzar la huida de Nicolás Maduro a Cuba, que fracasó. Después, la Casa Blanca levantó unas sanciones dictadas contra él previamente. La Casa Blanca cumplía así la promesa de ofrecerle un salvoconducto si maniobraba a favor del cambio en Venezuela. El general había salido el 2 de mayo por carretera a Colombia, y luego se instaló en Bogotá donde ya comenzó a cooperar con la inteligencia norteamericana. De allí viajó a EE.UU.
Afirma Cristopher Figuera en su misiva que «es tal la entrega de soberanía que el Gobierno ruso, haciendo uso de un derecho abrogado, recientemente, en el tablero geopolítico mundial de negociaciones ante la crisis en Ucrania, generada por Rusia para frenar el supuesto avance de la OTAN en territorios de Europa del Este, amenazó con colocar en Venezuela más infraestructura y medios militares de gran nivel».
Efectivamente, el jueves pasado, el viceministro de Exteriores ruso, Serguéi Riabkov, dijo en una entrevista con el canal RTVI, al ser preguntado por un refuerzo militar ruso en Cuba o Venezuela: «En el contexto de la actual situación, Rusia piensa en cómo garantizar su propia seguridad».
Silencio de Caracas
Según el general venezolano en el exilio, «es evidente que, el régimen dictatorial y delincuencial de Nicolás Maduro, es una amenaza no solo para la seguridad de EE.UU. sino para la región latinoamericana y el resto del mundo libre. Ya que, es la sede de operaciones de grupos irregulares narcoterroristas de delincuencia organizada, grupos extremistas islámicos, caldo de cultivo para la exportación de terrorismo y delincuencia internacional; que ha contado con la complicidad de potencias extranjeras y otros países con alta experiencia en tiranías; con la de organismos internacionales como la Unión Europea y la Organización Naciones Unidas y hasta el mismo Vaticano».
Tras llegar a EE.UU., el general Cristopher Figuera ha dado contadas entrevistas en medios, entre ellas a ABC, y ha mantenido un perfil extremadamente discreto mientras coopera con las autoridades estadounidenses. Suele comunicarse con comunicados firmados de su puño y letra, como el emitido el 16 de enero. Sobre la ubicación de esas bases rusas no hay más confirmación que las afirmaciones del general en el exilio. El régimen venezolano no se ha pronunciado directamente al respecto.
En ese comunicado, Figuera también critica duramente a Vladímir Padrino López, militar venezolano que se desempeña como ministro de Defensa desde 2014. «Vladimir Padrino se ufana en su falsa retórica revolucionaria y patriotera de recuperar la soberanía nacional, cuestión que está en entredicho, basta con referirse por ejemplo: a los equipos y medios militares comprados a Rusia, China, Irán y hasta Cuba; en su mayoría chatarra repotenciada y que solo se han constituido en negocios para crear intereses y, así promover una falsa defensa de la patria, por parte de otros países que realmente velan por sus propios intereses creados en la zona, ya que poco les importa la realidad de los ciudadanos venezolanos», dice.
Lo cierto es que en años recientes, han llegado a Caracas bombarderos rusos con capacidad nuclear Tu-160, y Moscú y el régimen chavista han firmado acuerdos para que los buques de guerra del Kremlin empleen los puertos venezolanos. Además, se ha recalibrado y reparado el sistema de misiles de largo alcance S-300 que en su día Hugo Chávez compró a Rusia, y que según análisis de inteligencia en EE.UU. estaba en estado casi inservible antes de la última intervención de Moscú.