Un tribunal de Namibia desestimó este jueves las demandas de dos parejas del mismo sexo para que se reconozcan los derechos migratorios de los cónyuges extranjeros (al igual que en el caso de las parejas heterosexuales), en un país en el que la legislación no reconoce el matrimonio homosexual.
Los demandantes, apoyados por las principales organizaciones de defensa de los derechos LGTBI de Namibia, son el namibio Johann Potgieter junto al sudafricano Daniel Digashu y la namibia Anette Seiler con la alemana Anita Seiler-Lilles.
En ambos casos, las parejas se casaron en países donde el matrimonio homosexual sí está reconocido y acudieron a la Justicia namibia para desafiar la decisión de las autoridades locales de no reconocer sus matrimonios a efectos de los permisos de migratorios necesarios para los cónyuges extranjeros.
La desestimación de estas peticiones fue anunciada hoy por el Tribunal Superior de Windhoek, cuyos jueces entendieron que no tienen competencia para dictar sentencias que desautoricen veredictos previos emitidos por el Tribunal Supremo namibio (de mayor rango).
Pese a ello, el dictamen, leído por el juez Hannelie Prinsloo, se mostró empático con los argumentos de los demandantes y muy crítico con la jurisprudencia previa que, según consideraron los magistrados, bloqueaba la capacidad de actuación del Tribunal Superior en esta materia.
En concreto, los jueces mencionaron un veredicto del Tribunal Supremo que en 2001 denegó igualar los derechos de las parejas del mismo sexo a efectos de la legislación migratoria, si bien no se refería a parejas casadas, según detalló en un comunicado el Centro de Litigación del Sur de África (una entidad regional que sigue y apoya procesos judiciales relativos a los derechos humanos).
El Tribunal Superior de Windhoek, de hecho, remarcó que considera que es hora de que las leyes namibias reconozcan que la homosexualidad, porque es “parte” de la sociedad namibia, y de que a todos los ciudadanos, incluidos, aquellos con relaciones con personas del mismo sexo, “se les garanticen los mismos derechos”, según recogió el diario local Namibian Sun.
El veredicto, pese a haber sido contrario a los demandantes, dejó un sabor de boca esperanzador entre la comunidad LGTBI namibia, que es optimista respecto a las opciones de obtener una decisión favorable en una futura apelación ante el Tribunal Supremo.
“Para ponerlo en términos simples, creo que el tribunal nos ha dicho ‘queremos ayudaros pero nuestras manos están atadas'”, valoró la abogada Carli Schickerling, en declaraciones al diario The Namibian.
Schickerling apuntó también que ya esperaban que el proceso acabase en el Tribunal Supremo, ya fuera por la necesidad de apelar si el veredicto no era favorable a los demandantes, como ha ocurrido finalmente, o porque el Gobierno igualmente habría apelado si se hubiera dado el caso contrario.
El argumento principal de los demandantes era la inconstitucionalidad, por discriminatoria, de esta aplicación de la regulación migratoria, a pesar de que las leyes del país no contemplen en sí el matrimonio homosexual.
EFE.