Durante las dictaduras de los generales Cipriano Castro (1899-1908) y Juan Vicente Gómez (1908-1935) hubo cinco protestas estudiantiles (1901, 1912, 1919, 1921 y 1928). Castro suprimió las Universidades del Zulia y Carabobo, creadas por el presidente Raimundo Andueza Palacio en 1891 y 1892.
La protesta de 1901, apodada La Sacrada, tuvo su origen en un desfile satírico de los estudiantes que molestó al Gral. Castro. El comerciante Alfonso Sacre (Castro) hacía alarde de haber luchado en épicas batallas que sólo existían en su mente. El caudillo de Capacho apresó y expulsó los estudiantes y el Rector de la UCV, Santos Dominici, solidario con los alumnos, fue destituido.
Ante las protestas de 1912, el Gral. Gómez clausuró la UCV y la reabrió en 1922. En este lapso y gracias al Rector, Felipe Guevara Rojas, se fueron abriendo algunas facultades en diferentes sedes de Caracas.
En 1928, un movimiento estudiantil que reclamaba reformas académicas y democráticas, se atrevió a desafiar la dictadura y sus líderes fueron encarcelados por el caudillo de La Mulera. Raúl Leoni, presidente de la Federación de Estudiantes de Venezuela, fue uno de sus principales dirigentes, así como Rómulo Betancourt, Jóvito Villalba, Miguel Otero Silva, Juan Oropeza, Miguel Acosta Saignes, Gonzalo Carnevali, Antonio Arraíz, Joaquín Gabaldón Márquez, Rodolfo Quintero y Agustín Valdivieso Otaola, entre otros.
Los ucevistas de la Generación del 28 pasarían a concretar el proyecto de democracia delineado en el Plan de Barranquilla (1931), al entronizar en la Constitución de 1947, el derecho de los ciudadanos mayores de edad, a elegir al presidente de la República y a los miembros del Congreso Nacional, por voto universal, directo y secreto.
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