El presidente de Rusia, Vladimir Putin, denunció este jueves la sanción “colectiva” que priva a los deportistas rusos de participar bajo su bandera en los Juegos Olímpicos de Invierno de Pekín y que Moscú sigue negando pese a las numerosas pruebas de dopaje orquestado por el Estado.
“Consideramos inaceptable la práctica del ‘castigo colectivo’ por delitos de individuos aislados, una práctica que, recientemente, se ha vuelto frecuente”, afirmó Putin en una entrevista al medio chino China Media Group publicada este jueves.
“Por supuesto, condenamos el uso de sustancias prohibidas por parte de los deportistas y abogamos por una amplia cooperación internacional en la lucha contra el dopaje en el deporte”, añadió el mandatario ruso.
Rusia fue sancionada tras el sonado escándalo de dopaje que implica desde hace años a altos cargos y agentes secretos, sobre todo en los Juegos de Invierno de Sochi de 2014.
A pesar de las revelaciones de los denunciantes que participaron en el sistema, así como las investigaciones de diversas autoridades, el Kremlin siempre ha rechazado las acusaciones, que juzgan de complot occidental para desacreditar a Rusia.
Los deportistas rusos que no hayan dado positivo por dopaje pueden competir en Pekín, aunque lo harán bajo una bandera neutral y no se escuchará el himno ruso.
“Nos oponemos a la politización del deporte, a los intentos de usarlo como instrumento de presión, competencia desleal y discriminación”, aseguró Putin.
Los responsables rusos tienen prohibido asistir a las competiciones, salvo que sean expresamente invitados por el país anfitrión.
Es el caso de Putin, que estará presente en la ceremonia de inauguración de los Juegos de Invierno de este viernes invitado por su homólogo chino, Xi Jinping. AFP